La cruz, el signo y la señal del cristiano - Cuculmeca Apologética

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miércoles, 1 de abril de 2020

La cruz, el signo y la señal del cristiano



La Cruz es algo qué aún nuestros hermanos no-católicos no han alcanzado a entender en toda su dimensión, para muchos de ellos la Cruz es signo de maldición, para otros es signo de muerte, para otros es el arma que “asesinó” a nuestro Señor y eso es motivo suficiente para que el Cristiano no la use baje ningún concepto, y si nos damos cuenta de un detalle en este mundo terriblemente secularizado, es qué han sacado este signo de las casas, plazas, pueblos, colegios etc, ya qué lo ven cómo un signo obsoleto y retrógrado.

La Cruz para el mundo es signo de derrota pero Cristo nos enseñó todo lo contrario que el venció al mundo y a la muerte al pasar por ella (San Juan 16,33), este signo es la señal de tu resurrección y de la mía, la Cruz de Cristo nos trajo la Vida, lo qué para muchos era signo de muerte nos trajo la Vida Eterna y la pre-figura en el AT del madero (nos referimos al material) qué era el Árbol de la Vida nos trajo la muerte (Génesis 3,17) y la ruina al género humano perdiendo la amistad con Dios, los apóstoles cómo San Pablo era un defensor acérrimo de la Cruz llegando a afirmar que esta es Poder de Dios (1 Cor.1,17-18) y afirmando que la predicación de este signo es necedad para los qué se pierden y llegó a afirmar qué el escándalo de la Cruz ya acabó (Gal.5,11) aunque hoy en día muchos sigan escandalizándose.


¿Fue la Cruz quién dio muerte a Jesús?

Para aquellos qué afirman que la Cruz fue el arma con la cuál dieron muerte al qué es la Vida, les tengo qué responder con un rotundo, no, sino que fueron nuestros pecados (Isaías 53,5), nuestras faltas llevaron al oprobio a Jesús y nadie le quitó la Vida sino que el Señor  la entregó libremente, Él tiene el poder para darla y para quitarla (San Juan 10,18-20), ya quisiéramos que aquellos qué rechazan la Cruz  rechazarán el pecado con la misma vehemencia  por los motivos ya citados.

San Pablo y la Cruz

Muchas personas no-católicas qué se jactan de dar enseñanzas a través de las Cartas de San Pablo cuando se topan con el presente tema sacan conclusiones precipitadas y llegan a obviar el pensamiento teológico del Apóstol sobre la Cruz de Cristo, para San Pablo era inseparable Cristo y la Cruz en su predicación, vean el siguiente pasaje:

1 de Corintios 1,22-23

"Mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios".

San Pablo entre lagrimas exhortaba a los de Filipo a amar la Cruz ya qué estos la rechazaban, no habían entendido aún este Misterio, ya qué a través de ella Dios nos reconcilió con Él, nos trajo la Paz mediante el derramamiento de Su Sangre y reconcilió todo lo qué hay en la tierra y en los cielos (Col.1,20 y Ef.2,16) ¿ no vamos a amar la Cruz de Cristo?.

Vamos a ver que nos enseña la Iglesia respecto a este tema en el Catecismo:


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El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”. El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades.



En nuestro bautismo

Cuando fuimos bautizados fue un momento particularmente expresivo ya que sobre nuestras personas se trazó la señal de la Cruz, el sacerdote (y después los padres y padrinos) hacen al bautizado la señal en la frente con la siguiente "te signo con la señal de Cristo Salvador"... En el caso del Bautismo de Adultos es todavía mas explícito el gesto, el sacerdote le signa en la frente diciendo: "recibe la cruz en la frente: Cristo mismo te fortalece con la señal de su victoria; aprende ahora a conocerle y a seguirle". Y luego,se puede repetir el signo sobre los oídos, los ojos, la boca, el pecho y la espalda, con las palabras y oraciones que expresan muy claramente la pertenencia a Cristo y las consecuencias que esto trae a la vida Cristiana.




¿Pero los primeros Cristianos qué pensaban de la Cruz? ¿pensaban cómo protestantes? ¿se persignaban?, vamos a verlo en las siguientes lineas dónde he recopilado algunos pensamientos de algunos padres de la Iglesia, ellos mismos se encargarán de arrojar luz y aclarar de una manera eficaz está cuestión.

Uno de los testimonios más antiguos de la señal del Cristiano nos la trae Tertuliano, el padre de la iglesia primitiva que vivió entre los años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió, “En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz.”


S. ATANASIO (295-373)


LA REVELACION DE LA SALVACION DEL MUNDO MEDIANTE LA CRUZ


"Los paganos se burlan con lengua calumniosa y se ríen de nosotros, aunque saben que nosotros presentamos siempre sólo la cruz de Cristo. Y precisamente por eso se quiere sobre todo lamentar su locura, porque ellos, los que se burlan de la cruz, no ven cómo su fuerza llena todo el mundo y cómo, mediante la cruz, se hacen mani­fiestas a todas las obras del conocimiento divino. Pues si ellos fuesen gente con recto sentido y mirada para su divinidad, no se burlarían de algo tan grandioso.


No, más bien deberían también ellos reconocerle y verle como Salvador del mundo, ya que la cruz no se ha hecho para perdición de la criatura, sino para su salvación. Pues si con la entrada de la cruz en el mundo llegó el final de todo servicio idolátrico, si toda fantasmagoría de los demonios cede a esta señal y en adelante Cristo es vene­rado y el Padre reconocido por medio de él”.

(Contra los gentiles,1)


S. CIRILO DE JERUSALEN (313-387)


LA CRUZ, NUESTRA MAS ALTA GLORIA


"Para la Iglesia católica cada hecho de Cristo es objeto de gloria. Pero el objeto de más alta gloria es la cruz. Así lo reconoce Pablo cuando dice: "lejos de mí el gloriarme si no es en la cruz de Cristo" (Gál 6, 14).


"La corona victoriosa de la cruz ha traído luz a los ciegos espirituales, ha liberado a todos los que yacen bajo el pecado y salvado a toda la humanidad.”

(Catequesis del Bautismo, 13, 1-3)


FUNDAMENTO DEL USO DEL SIGNO DE LA CRUZ


"No queremos avergonzarnos de la cruz de Cristo. Que otros la hagan, tú debes hacer la señal de la cruz públicamente, para que los demonios, cuando vean la señal real, tiemblen y se alejen. Haz la señal de la cruz en la comida y en la bebida, cuando te sientes, te acuestes y te levantes, cuando hables, camines, en una palabra: en todas tus ocupaciones. Pues el que fue crucificado sobre ese lugar (Gólgota) está arriba en el cielo. Si hubiera permanecido en el sepulcro después de la crucifixión y sepultura, entonces tendríamos motivo de avergonzarnos (de la cruz). Pero el que fue crucificado sobre el Gólgota ha subido al cielo desde el monte de los olivos situado en el este. En ese lugar (sobre el Gólgota) descendió al infierno y volvió a nosotros. Allí (sobre el monte de los olivos) nos ha dejado de nuevo para subir al cielo; pues el Padre le ha dicho: "Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies" (Sal 109, 1).”

(Catequesis del Bautismo, 4, 14)


LA CRUZ COMO DISTINTIVO DE LOS CREYENTES


"El árbol de la vida fue plantado en la tierra, para que la tierra maldecida gozase de bendición y los muertos sean salvados. ¡No nos avergoncemos, pues, de confesar al Crucificado! ¡Sellemos llenos de confianza con el dedo la frente, hagamos la señal de la cruz sobre todas las cosas, sobre el pan que comemos, sobre la copa que bebe­mos! ¡Hagámosla al salir y al volver, antes del sueño, al acostarnos y al levantarnos al andar y al descansar! Grande es este medio de protección. Es gratuito en atención a los pobres, no supone esfuerzo por causa de los débiles. La gracia viene de Dios. La cruz es el distintivo de los creyentes, el terror de los demonios. "Mediante la cruz, Cristo ha triunfado sobre ellos y los ha desenmascarado públicamente" (Col 2, 15). Cada vez que contemplan la cruz, se acuerdan del Crucificado. Ellos temen a aquél que ha aplastado las cabezas del dragón. No desestimes el sello porque se te haya dado gratuitamente; ¡no, honra precisamente por esto tanto más al bienhechor!”

(Catequesis del Bautismo, 13, 35-36)

MACARIO DE EGIPTO (300-390)

EL SELLO DEL SEÑOR EN NOSOTROS


"¡Aspiremos a llevar en nosotros la marca y el sello del Señor! Pues en el instante del juicio, cuando se haga por Dios la separación y sean reunidos todos los pueblos de la tierra, toda la descendencia de Adán, cuando el pastor llame a su rebaño, todos los que tienen la marca conocerán a su pastor y el pastor conocerá a los que lleven el sello particular y los reunirá de todos los pueblos. Pues los suyos oyeron su voz y le siguieron (Jn 10, 27). El mundo será dividido en dos partes: un rebaño de tiniebla que va al fuego eterno, y un rebaño lleno de luz que es conducido a la herencia celes­tial (Mt 25, 31ss). Precisamente esto que ahora poseemos en nuestra alma, brilla entonces y se manifiesta y reviste nuestros cuerpos con gloria. Para el tiempo del mes Xanthikos (abril) brotan y empujan fuera las raíces, que están cubiertas, sus frutos, sus flores y su hermosura. Así se manifiestan las buenas raíces y salen a la luz las que producen espinas. En aquel día cada uno mostrará en su cuerpo sus obras; lo bueno y lo malo se hará manifiesto. Pues en ello consiste el juicio completo y la recompensa”.

(Homilías espirituales, 12, 13-14)


S. JUAN CRISOSTOMO (350-407)


LA CRUZ NUESTRA GLORIA Y NUESTRA FUERZA

"Nadie se avergüence de la venerable seña de nuestra salvación, el mayor de todos los beneficios, por la cual vivimos y existimos. Antes bien queremos llevar la cruz de Cristo como una corona, pues mediante la cruz se realiza nuestra total salvación. Cuando uno nace, la cruz está allí; cuando uno se alimenta con aquel manjar misterioso, siempre que uno es consagrado, siempre que se realiza cualquier otra acción, en todas partes está a nuestro lado esta señal de victoria. Por eso marcamos con ella, llenos de celo, las casas, paredes y ventanas, la frente y el corazón. Ella es el símbolo de nuestra salvación, de nuestra común liberación, así como de la bondad de nuestro Señor.”


«Cuando te persignas, llena tu frente de más confianza, libera a tu alma. Vosotros sabéis ciertamente de dónde nos viene la libertad. Para ganarnos esta libertad, San Pablo menciona la cruz y la sangre del Señor cuando dice: "Habéis sido comprados a un precio alto; no os hagáis esclavos de los hombres- (1 Cor 7, 23). Quiere decir: piensa en el precio que se ha pagado por ti y no serás esclavo de nadie. El llama a la cruz precio de compra.”


"Pero la cruz no ha de hacerse simplemente sólo con el dedo, sino en primer lugar con el corazón, lleno de fe interior. Cuando te persignes de esta forma en la frente, no se te acercará ningún espíritu impuro, porque verá el arma que le ha herido, la espada que le ha asestado el golpe mortal. Si nosotros nos estremecemos al con­templar los lugares de suplicio, ¡qué no sentirá el diablo ante la contemplación del arma con la que Cristo ha roto todo su poder y ha decapitado al dragón!”

"Así pues, no te avergüences de un bien tan grande para que Cristo tampoco se avergüence de ti, cuando venga en su gloria y aparezca ante él su señal, más brillante que los rayos del sol. Sí, entonces vendrá la cruz y predicará alto mediante su aparición, dará públicamente testimonio en favor de] Señor sobre toda la tierra y enseñará que éste no ha omitido nada de lo que depende de él. Esta señal tuvo ya en tiempos de nuestros antepasados, y tiene todavía ahora, la fuerza de abrir puertas cerradas, hacer inofensivo el veneno, quitar a la cicuta su efecto, curar la mordedura de animales venenosos; pues si ella abre las puertas, la entrada al paraíso, y hace saltar las cadenas del diablo, ¿por qué maravillarse de que sea más poderosa que las bebidas venenosas y que toda otra clase de cosas de este tipo?”


"Graba, pues, profundamente en tu memoria esta verdad e imprime la salvación de nuestras almas en tu corazón. Pues esta cruz ha salvado y convertido al mundo, ha disipado el error, traído la verdad, transformado la tierra en cielo, hecho de los hombres ángeles. Con la cruz no hay que temer más al diablo, sino despreciarlo; la muerte ya no es muerte, sino sólo un sueño.”

(Comentario a Mt 54, 4-5)


PROTECCIÓN MEDIANTE LA CRUZ


"¿Qué se debe decir de aquellos que se ocupan en fórmulas mágicas y amuletos, y se atan monedas de hierro de Alejandro el Macedonio en la cabeza y en los pies? Así pues, ¿se hubiera pedido a nuestra esperanza que vinculásemos la esperanza de la conservación de nuestra vida a la imagen de un rey gentil después de la cruz y muerte de nuestro Señor? ¿No conoces la fuerza y la bendición de la cruz? La cruz ha aniquilado a la muerte, borrado los pecados, arrebatado su trofeo al infierno, roto el poder del diablo, y nosotros ¿no debemos confiar en que nos puede guardar la salud del cuerpo? El ha levantado de nuevo a todo el mundo, y tú ¿no tienes con­fianza en él? Di: ¿qué hubieras merecido tú para ello?”.


"...¿No te avergüenzas de que te dejes seducir por tales pasiones, después de haber aceptado la doctrina elevada del cristianismo? Una cosa hace a este engaño todavía más siniestro. Cuando advertimos y amonestamos, se nos contesta como si fuera una disculpa: "La señora que hace ese juramento es una cristiana y no expresa otra cosa que el nombre de Dios". Precisamente por eso la odio y detesto más, porque se sirve del nombre de Dios para pecar, porque se presenta como cristiana y sin embargo realiza obras paganas. También los demonios pronuncian el nombre de Dios y son demonios. Ellos dijeron al Señor: "Sabemos quién eres: el santo de Dios". Pero sin tenerlo en cuenta, el Señor los reprendió y arrojó.”

(Instrucción a los catecúmenos 2, 5)


S. JUAN DAMASCENO (675-749)

DIFERENCIA ENTRE CREYENTES Y NO CREYENTES A TRAVÉS DE LA CRUZ


"La palabra de la cruz es una necedad para los que se pierden, pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios" (1 Cor 1, 18). Pues "el hombre espi­ritual juzga todo, el hombre animal no capta las cosas del espíritu" (1 Cor 2, 14s). Necedad es la palabra de la cruz para aquéllos que no la aceptan en la fe y no pien­san en la bondad y el poder de Dios, sino que investigan lo divino con pensamientos humanos y naturales.


"Esta cruz nos ha sido dada como señal en la frente, pues mediante ella nos diferenciamos los creyentes de los no creyentes y nos reconocemos. Es escudo y arma y señal de victoria contra el demonio. Es un sello para que el ángel estrangulador no nos toque, como dice la Escritura (Heb 11, 28).”


Nosotros veneramos la imagen de la cruz preciosa de la que proviene la vida, sea del material que sea. Nosotros no veneramos el material —lejos de nosotros­— sino la imagen como símbolo de Cristo.


Pues así lo aclaró él a sus discípulos: "Enton­ces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre" (Mt 24, 30), esto es, la cruz. Por eso, también el ángel de la resurrección dijo a las mujeres: "Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado" (Mc 16, 6). Y el Apóstol: "Nosotros predicamos a Cristo cru­cificado". Hay muchos cristos pero sólo un Crucificado. El no dijo: el traspasado por la lanza, sino el Crucificado. Por eso hay que venerar la señal de Cristo. Pues donde está la señal, allí estará también él. Al material de que está hecha la cruz, aunque fuese oro o piedras preciosas, después de una eventual destrucción de la imagen, no hay que venerarlo. Por consiguiente, cuando le veneramos a él (Dios), veneramos todo lo que está consagrado a Dios.”

(Exposición de la fe ortodoxa, 4, 11)



LACTANCIO (250-318)

EFICACIA Y PODER DE LA CRUZ



"Al extender sus brazos en la cruz, ha extendido sus alas sobre el oriente y el occidente, para que bajo estas alas se reúnan para descansar todos los pueblos de ambas partes del mundo. Pero cuán grande sea la eficacia y el poder de esta señal, aparece claramente cuando todo el ejército de demonios es perseguido y arrojado mediante esta señal. Y así como Cristo antes de su pasión ahuyentó a los demonios mediante su palabra poderosa, así también son arrojados ahora los espíri­tus inmundos que se han introducido en los cuerpos de los hombres, mediante el nombre y la señal de la pasión de Cristo, mientras ellos se confiesan demonios bajo los tormentos y ceden a la mano castigadora de Dios.”

(Compendio de las instrucciones divinas, 40)



S. JERÓNIMO (347-419)

LA CRUZ EN El ALMA



"Cuando hablo de la cruz, pienso no en el madero, sino en la pasión. Por lo demás esta cruz se encuentra en Bretaña, en India y en toda la tierra. ¿Qué se dice en el Evangelio? "Si no lleváis mi cruz y no me seguís diariamente" (Lc 14, 27). ¡Fíjate lo que dice! Si un alma no tiene cariño a la cruz como yo lo tuve por vosotros, enton­ces no podéis ser mis discípulos.”

(Sobre el Salmo 95)

La Cruz cómo la expresión de Amor de Dios hacia sus creaturas ha existido siempre, desde los albores del cristianismo eran inseparables la Cruz y Cristo, los Católicos creemos en un Cristo Resucitado y Victorioso pero qué si lo predicamos alejado de la Cruz ya el mensaje del Evangelio queda desdibujado e incompleto.


La Cruz nos enseña qué nuestro tiempo en la vida es corto además de mostrar nuestras miserias y pecados qué nos acompañan en este destierro pero al mismo tiempo nos señala el camino hacia el Maestro, hacia Jesús, ya lo decia el Señor, "quién quiera seguirme tome su Cruz", seguir al Señor es no apartar nuestra mirada en Él a pesar de nuestras dudas humanas y sinsabores.

AUTOR: JOSÉ MANUEL GUTIÉRREZ ARCOS
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