La Cruz es algo qué
aún nuestros hermanos no-católicos no han alcanzado a entender en
toda su dimensión, para muchos de ellos la Cruz es signo de
maldición, para otros es signo de muerte, para otros es el arma que
“asesinó” a nuestro Señor y eso es motivo suficiente para que
el Cristiano no la use baje ningún concepto, y si nos damos cuenta
de un detalle en este mundo terriblemente secularizado, es qué han sacado
este signo de las casas, plazas, pueblos, colegios etc, ya qué lo ven cómo un signo obsoleto y retrógrado.
La Cruz para el
mundo es signo de derrota pero Cristo nos enseñó todo lo contrario
que el venció al mundo y a la muerte al pasar por ella (San Juan
16,33), este signo es la señal de tu resurrección y de la mía, la
Cruz de Cristo nos trajo la Vida, lo qué para muchos era signo de
muerte nos trajo la Vida Eterna y la pre-figura en el AT del madero (nos referimos al
material) qué era el Árbol de la Vida nos trajo la muerte (Génesis
3,17) y la ruina al género humano perdiendo la amistad con Dios, los
apóstoles cómo San Pablo era un defensor acérrimo de la Cruz
llegando a afirmar que esta es Poder de Dios (1 Cor.1,17-18) y
afirmando que la predicación de este signo es necedad para los qué
se pierden y llegó a afirmar qué el escándalo de la Cruz ya acabó
(Gal.5,11) aunque hoy en día muchos sigan escandalizándose.
¿Fue la Cruz
quién dio muerte a Jesús?
Para aquellos qué
afirman que la Cruz fue el arma con la cuál dieron muerte al qué es
la Vida, les tengo qué responder con un rotundo, no, sino que fueron
nuestros pecados (Isaías 53,5), nuestras faltas llevaron al oprobio
a Jesús y nadie le quitó la Vida sino que el Señor la
entregó libremente, Él tiene el poder para darla y para quitarla
(San Juan 10,18-20), ya quisiéramos que aquellos qué rechazan la
Cruz rechazarán el pecado con la misma vehemencia por los motivos
ya citados.
San Pablo y la
Cruz
Muchas personas no-católicas qué se jactan de dar enseñanzas a
través de las Cartas de San Pablo cuando se topan con el presente
tema sacan conclusiones precipitadas y llegan a obviar el pensamiento
teológico del Apóstol sobre la Cruz de Cristo, para San Pablo era
inseparable Cristo y la Cruz en su predicación, vean el siguiente
pasaje:
1 de Corintios
1,22-23
"Mientras los judíos piden señales y los griegos buscan
sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo
para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los llamados,
lo mismo judíos que griegos, un Cristo que es fuerza de Dios y
sabiduría de Dios".
San Pablo entre lagrimas exhortaba a los de Filipo a amar la Cruz ya
qué estos la rechazaban, no habían entendido aún este Misterio, ya
qué a través de ella Dios nos reconcilió con Él, nos trajo la Paz
mediante el derramamiento de Su Sangre y reconcilió todo lo qué hay en
la tierra y en los cielos (Col.1,20 y Ef.2,16) ¿ no vamos a amar la
Cruz de Cristo?.
Vamos a ver que nos
enseña la Iglesia respecto a este tema en el Catecismo:
2157
El
cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la
señal de la cruz, “en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén”. El bautizado consagra la jornada a la
gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en
el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece
en las tentaciones y en las dificultades.
En nuestro bautismo
Cuando
fuimos bautizados fue un momento particularmente expresivo ya que
sobre nuestras personas se trazó la señal de la Cruz, el sacerdote
(y después los padres y padrinos) hacen al bautizado la señal en la
frente con la siguiente "te signo con la señal de Cristo
Salvador"... En el caso del Bautismo de Adultos es todavía mas
explícito el gesto, el sacerdote le signa en la frente diciendo: "recibe la cruz en la frente: Cristo mismo te fortalece con la señal de su victoria; aprende ahora a conocerle y a seguirle". Y luego,se puede repetir el signo sobre los oídos, los ojos, la boca, el pecho y la espalda, con las palabras y oraciones que expresan muy claramente la pertenencia a Cristo y las consecuencias que esto trae a la vida Cristiana.
¿Pero los primeros
Cristianos qué pensaban de la Cruz? ¿pensaban cómo protestantes?
¿se persignaban?, vamos a verlo en las siguientes lineas dónde he
recopilado algunos pensamientos de algunos padres de la Iglesia,
ellos mismos se encargarán de arrojar luz y aclarar de una manera
eficaz está cuestión.
Uno de los testimonios más antiguos de la señal del Cristiano nos la trae Tertuliano, el padre de la iglesia primitiva que vivió entre los
años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió, “En todos nuestros
viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al
ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender
nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las
tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de
la cruz.”
S. ATANASIO (295-373)
LA REVELACION DE LA SALVACION DEL MUNDO MEDIANTE LA CRUZ
"Los paganos se
burlan con lengua calumniosa y se ríen de nosotros, aunque saben que
nosotros presentamos siempre sólo la cruz de Cristo. Y precisamente
por eso se quiere sobre todo lamentar su locura, porque ellos, los
que se burlan de la cruz, no ven cómo su fuerza llena todo el mundo
y cómo, mediante la cruz, se hacen manifiestas a todas las
obras del conocimiento divino. Pues si ellos fuesen gente con recto
sentido y mirada para su divinidad, no se burlarían de algo tan
grandioso.
No, más bien
deberían también ellos reconocerle y verle como Salvador del mundo,
ya que la cruz no se ha hecho para perdición de la criatura, sino
para su salvación. Pues si con la entrada de la cruz en el mundo
llegó el final de todo servicio idolátrico, si toda fantasmagoría
de los demonios cede a esta señal y en adelante Cristo es venerado
y el Padre reconocido por medio de él”.
(Contra los gentiles,1)
S. CIRILO DE JERUSALEN (313-387)
LA CRUZ, NUESTRA MAS ALTA GLORIA
"Para la
Iglesia católica cada hecho de Cristo es objeto de gloria. Pero el
objeto de más alta gloria es la cruz. Así lo reconoce Pablo cuando
dice: "lejos de mí el gloriarme si no es en la cruz de Cristo"
(Gál 6, 14).
"La corona
victoriosa de la cruz ha traído luz a los ciegos espirituales, ha
liberado a todos los que yacen bajo el pecado y salvado a toda la
humanidad.”
(Catequesis del Bautismo, 13, 1-3)
FUNDAMENTO DEL USO DEL SIGNO DE LA CRUZ
"No queremos
avergonzarnos de la cruz de Cristo. Que otros la hagan, tú debes
hacer la señal de la cruz públicamente, para que los demonios,
cuando vean la señal real, tiemblen y se alejen. Haz la señal de la
cruz en la comida y en la bebida, cuando te sientes, te acuestes y te
levantes, cuando hables, camines, en una palabra: en todas tus
ocupaciones. Pues el que fue crucificado sobre ese lugar (Gólgota)
está arriba en el cielo. Si hubiera permanecido en el sepulcro
después de la crucifixión y sepultura, entonces tendríamos motivo
de avergonzarnos (de la cruz). Pero el que fue crucificado sobre el
Gólgota ha subido al cielo desde el monte de los olivos situado en
el este. En ese lugar (sobre el Gólgota) descendió al infierno y
volvió a nosotros. Allí (sobre el monte de los olivos) nos ha
dejado de nuevo para subir al cielo; pues el Padre le ha dicho:
"Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como
estrado de tus pies" (Sal 109, 1).”
(Catequesis del Bautismo, 4, 14)
LA CRUZ COMO DISTINTIVO DE LOS CREYENTES
"El árbol de
la vida fue plantado en la tierra, para que la tierra maldecida
gozase de bendición y los muertos sean salvados. ¡No nos
avergoncemos, pues, de confesar al Crucificado! ¡Sellemos llenos de
confianza con el dedo la frente, hagamos la señal de la cruz sobre
todas las cosas, sobre el pan que comemos, sobre la copa que
bebemos! ¡Hagámosla al salir y al volver, antes del sueño, al
acostarnos y al levantarnos al andar y al descansar! Grande es este
medio de protección. Es gratuito en atención a los pobres, no
supone esfuerzo por causa de los débiles. La gracia viene de Dios.
La cruz es el distintivo de los creyentes, el terror de los demonios.
"Mediante la cruz, Cristo ha triunfado sobre ellos y los ha
desenmascarado públicamente" (Col 2, 15). Cada vez que
contemplan la cruz, se acuerdan del Crucificado. Ellos temen a aquél
que ha aplastado las cabezas del dragón. No desestimes el sello
porque se te haya dado gratuitamente; ¡no, honra precisamente por
esto tanto más al bienhechor!”
(Catequesis del Bautismo, 13, 35-36)
MACARIO DE EGIPTO (300-390)
EL SELLO DEL SEÑOR EN NOSOTROS
"¡Aspiremos a
llevar en nosotros la marca y el sello del Señor! Pues en el
instante del juicio, cuando se haga por Dios la separación y sean
reunidos todos los pueblos de la tierra, toda la descendencia de
Adán, cuando el pastor llame a su rebaño, todos los que tienen la
marca conocerán a su pastor y el pastor conocerá a los que lleven
el sello particular y los reunirá de todos los pueblos. Pues los
suyos oyeron su voz y le siguieron (Jn 10, 27). El mundo será
dividido en dos partes: un rebaño de tiniebla que va al fuego
eterno, y un rebaño lleno de luz que es conducido a la herencia
celestial (Mt 25, 31ss). Precisamente esto que ahora poseemos en
nuestra alma, brilla entonces y se manifiesta y reviste nuestros
cuerpos con gloria. Para el tiempo del mes Xanthikos (abril) brotan y
empujan fuera las raíces, que están cubiertas, sus frutos, sus
flores y su hermosura. Así se manifiestan las buenas raíces y salen
a la luz las que producen espinas. En aquel día cada uno mostrará
en su cuerpo sus obras; lo bueno y lo malo se hará manifiesto. Pues
en ello consiste el juicio completo y la recompensa”.
(Homilías espirituales, 12, 13-14)
S. JUAN CRISOSTOMO (350-407)
LA CRUZ NUESTRA GLORIA Y NUESTRA FUERZA
"Nadie se
avergüence de la venerable seña de nuestra salvación, el mayor de
todos los beneficios, por la cual vivimos y existimos. Antes bien
queremos llevar la cruz de Cristo como una corona, pues mediante la
cruz se realiza nuestra total salvación. Cuando uno nace, la
cruz está allí; cuando uno se alimenta con aquel manjar misterioso,
siempre que uno es consagrado, siempre que se realiza cualquier otra
acción, en todas partes está a nuestro lado esta señal de
victoria. Por eso marcamos con ella, llenos de celo, las casas,
paredes y ventanas, la frente y el corazón. Ella es el símbolo de
nuestra salvación, de nuestra común liberación, así como de la
bondad de nuestro Señor.”
«Cuando te
persignas, llena tu frente de más confianza, libera a tu alma.
Vosotros sabéis ciertamente de dónde nos viene la libertad. Para
ganarnos esta libertad, San Pablo menciona la cruz y la sangre del
Señor cuando dice: "Habéis sido comprados a un precio alto; no
os hagáis esclavos de los hombres- (1 Cor 7, 23). Quiere decir:
piensa en el precio que se ha pagado por ti y no serás esclavo de
nadie. El llama a la cruz precio de compra.”
"Pero la cruz
no ha de hacerse simplemente sólo con el dedo, sino en primer lugar
con el corazón, lleno de fe interior. Cuando te persignes de esta
forma en la frente, no se te acercará ningún espíritu impuro,
porque verá el arma que le ha herido, la espada que le ha asestado
el golpe mortal. Si nosotros nos estremecemos al contemplar los
lugares de suplicio, ¡qué no sentirá el diablo ante la
contemplación del arma con la que Cristo ha roto todo su poder y ha
decapitado al dragón!”
"Así pues, no
te avergüences de un bien tan grande para que Cristo tampoco se
avergüence de ti, cuando venga en su gloria y aparezca ante él su
señal, más brillante que los rayos del sol. Sí, entonces vendrá
la cruz y predicará alto mediante su aparición, dará
públicamente testimonio en favor de] Señor sobre toda la tierra y
enseñará que éste no ha omitido nada de lo que depende de él.
Esta señal tuvo ya en tiempos de nuestros antepasados, y tiene
todavía ahora, la fuerza de abrir puertas cerradas, hacer inofensivo
el veneno, quitar a la cicuta su efecto, curar la mordedura de animales venenosos; pues si ella abre las puertas, la entrada al
paraíso, y hace saltar las cadenas del diablo, ¿por qué
maravillarse de que sea más poderosa que las bebidas venenosas y que
toda otra clase de cosas de este tipo?”
"Graba, pues,
profundamente en tu memoria esta verdad e imprime la salvación de
nuestras almas en tu corazón. Pues esta cruz ha salvado y convertido
al mundo, ha disipado el error, traído la verdad, transformado la
tierra en cielo, hecho de los hombres ángeles. Con la cruz no hay
que temer más al diablo, sino despreciarlo; la muerte ya no es
muerte, sino sólo un sueño.”
(Comentario a Mt 54, 4-5)
PROTECCIÓN MEDIANTE
LA CRUZ
"¿Qué se debe
decir de aquellos que se ocupan en fórmulas mágicas y amuletos, y
se atan monedas de hierro de Alejandro el Macedonio en la cabeza y en
los pies? Así pues, ¿se hubiera pedido a nuestra esperanza que
vinculásemos la esperanza de la conservación de nuestra vida a la
imagen de un rey gentil después de la cruz y muerte de nuestro
Señor? ¿No conoces la fuerza y la bendición de la cruz? La cruz ha
aniquilado a la muerte, borrado los pecados, arrebatado su trofeo al
infierno, roto el poder del diablo, y nosotros ¿no debemos confiar
en que nos puede guardar la salud del cuerpo? El ha levantado de
nuevo a todo el mundo, y tú ¿no tienes confianza en él? Di:
¿qué hubieras merecido tú para ello?”.
"...¿No te
avergüenzas de que te dejes seducir por tales pasiones, después de
haber aceptado la doctrina elevada del cristianismo? Una cosa hace a
este engaño todavía más siniestro. Cuando advertimos y
amonestamos, se nos contesta como si fuera una disculpa: "La
señora que hace ese juramento es una cristiana y no expresa otra
cosa que el nombre de Dios". Precisamente por eso la odio y
detesto más, porque se sirve del nombre de Dios para pecar, porque
se presenta como cristiana y sin embargo realiza obras paganas.
También los demonios pronuncian el nombre de Dios y son demonios.
Ellos dijeron al Señor: "Sabemos quién eres: el santo de
Dios". Pero sin tenerlo en cuenta, el Señor los reprendió y
arrojó.”
(Instrucción a los catecúmenos 2, 5)
S. JUAN DAMASCENO (675-749)
DIFERENCIA ENTRE
CREYENTES Y NO CREYENTES A TRAVÉS DE LA CRUZ
"La palabra de
la cruz es una necedad para los que se pierden, pero para los que se
salvan, para nosotros, es fuerza de Dios" (1 Cor 1, 18). Pues
"el hombre espiritual juzga todo, el hombre animal no capta
las cosas del espíritu" (1 Cor 2, 14s). Necedad es la palabra
de la cruz para aquéllos que no la aceptan en la fe y no piensan
en la bondad y el poder de Dios, sino que investigan lo divino con
pensamientos humanos y naturales.
"Esta cruz nos
ha sido dada como señal en la frente, pues mediante ella nos
diferenciamos los creyentes de los no creyentes y nos reconocemos. Es
escudo y arma y señal de victoria contra el demonio. Es un sello
para que el ángel estrangulador no nos toque, como dice la Escritura
(Heb 11, 28).”
Nosotros
veneramos la imagen de la cruz preciosa de la que proviene la vida,
sea del material que sea. Nosotros no veneramos el material —lejos
de nosotros— sino la imagen como símbolo de Cristo.
Pues
así lo aclaró él a sus discípulos: "Entonces aparecerá
en el cielo la señal del Hijo del Hombre" (Mt 24, 30), esto es,
la cruz. Por eso, también el ángel de la resurrección dijo a las
mujeres: "Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado" (Mc
16, 6). Y el Apóstol: "Nosotros predicamos a Cristo
crucificado". Hay muchos cristos pero sólo un Crucificado.
El no dijo: el traspasado por la lanza, sino el Crucificado. Por eso
hay que venerar la señal de Cristo. Pues donde está la señal, allí
estará también él. Al material de que está hecha la cruz, aunque
fuese oro o piedras preciosas, después de una eventual destrucción
de la imagen, no hay que venerarlo. Por consiguiente, cuando le
veneramos a él (Dios), veneramos todo lo que está consagrado a
Dios.”
(Exposición de la
fe ortodoxa, 4, 11)
LACTANCIO (250-318)
EFICACIA Y PODER DE
LA CRUZ
"Al extender
sus brazos en la cruz, ha extendido sus alas sobre el oriente y el
occidente, para que bajo estas alas se reúnan para descansar todos
los pueblos de ambas partes del mundo. Pero cuán grande sea la
eficacia y el poder de esta señal, aparece claramente cuando todo el
ejército de demonios es perseguido y arrojado mediante esta señal.
Y así como Cristo antes de su pasión ahuyentó a los demonios
mediante su palabra poderosa, así también son arrojados ahora los
espíritus inmundos que se han introducido en los cuerpos de los
hombres, mediante el nombre y la señal de la pasión de Cristo,
mientras ellos se confiesan demonios bajo los tormentos y ceden a la
mano castigadora de Dios.”
(Compendio de
las instrucciones divinas, 40)
S. JERÓNIMO (347-419)
LA CRUZ EN El ALMA
"Cuando hablo
de la cruz, pienso no en el madero, sino en la pasión. Por lo demás
esta cruz se encuentra en Bretaña, en India y en toda la tierra.
¿Qué se dice en el Evangelio? "Si no lleváis mi cruz y no me
seguís diariamente" (Lc 14, 27). ¡Fíjate lo que dice! Si un
alma no tiene cariño a la cruz como yo lo tuve por vosotros,
entonces no podéis ser mis discípulos.”
(Sobre el Salmo 95)
La Cruz cómo la expresión de Amor de Dios hacia sus creaturas ha existido siempre, desde los albores del cristianismo eran inseparables la Cruz y Cristo, los Católicos creemos en un Cristo Resucitado y Victorioso pero qué si lo predicamos alejado de la Cruz ya el mensaje del Evangelio queda desdibujado e incompleto.
La Cruz nos enseña qué nuestro tiempo en la vida es corto además de mostrar nuestras miserias y pecados qué nos acompañan en este destierro pero al mismo tiempo nos señala el camino hacia el Maestro, hacia Jesús, ya lo decia el Señor, "quién quiera seguirme tome su Cruz", seguir al Señor es no apartar nuestra mirada en Él a pesar de nuestras dudas humanas y sinsabores.
AUTOR: JOSÉ MANUEL GUTIÉRREZ ARCOS
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DIOS TE BENDIGA Y TE GUARDE.
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