Uno de los puntos de los debates actuales entre católicos y
no católicos acerca de la interpretación de las palabras de nuestro Señor Jesús
a Pedro: “Y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, es casi siempre la
diferencia que radica entre el uso del griego Πετρος (Petros = Pedro), en diferencia de Πετρα (Petra = Piedra). Unos, desde la
parte no católica, dicen que “Petros” significa piedra pequeña mientras
que “Petra” significa piedra grande, y que, por lo tanto, Jesús estaba
haciendo una distinción entre la piedra pequeña que es Pedro, y la piedra
grande que es Él, donde se edifica la iglesia.
Lo anterior es infundado, ya que ambas palabras son
sinónimos y pueden usarse dentro de contextos similares, la diferencia que
radica entre una y otra es de género, una está en masculino (Petros), y la otra
en femenino (Petra). El tamaño es independiente de su significado, pudiendo
haber en la biblia lugares donde se usa Petra tanto como para una piedra
bastante grande, así como para piedras pequeñas; lo mismo sucede con Petros.
Pero más allá de todo este debate, personalmente considero
que la interpretación no debería estar en si una piedra es más grande que otra
(ya sabemos que no existe diferencia entre ambas palabras), o si Jesús actuó de
forma soberbia recalcándole a Pedro que él (Pedro), no era más que una
insignificante piedra, mientras que Él (Jesús), era una roca inmensa e
infinitamente superior.
Desde el griego la interpretación se puede dar si se revisa
muy bien el contexto, y se realiza un análisis de seguimiento de sujeto al
nivel de la perícopa. He aquí lo que propongo: realizar un análisis breve pero
no exhaustivo desde el griego, para definir a qué se refiere Jesús cuando
menciona tales palabras a Pedro.
Una breve revisión del texto
Leyendo todo el pasaje desde el versículo 13 es así:
Mateo 16, 13-15: Viniendo Jesús a los
términos de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: unos, que Juan el
Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías u otro de los profetas." Y
Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
Nótese como Jesús empieza a interrogar a los discípulos con
preguntas acerca de su identidad. Todos los discípulos le contestan diversas
teorías acerca de la identidad de Jesús, ninguno de ellos se atreve a dar su
respuesta, sino que mencionan las respuestas que otras personas dicen.
Mateo 16, 16 Tomando la palabra Simón Pedro,
dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Simón, como líder, toma la palabra y le contesta a Jesús
indicando su misión. Le dice “Tú eres el Mesías”, aceptándolo como el Cristo y
como hombre, “el Hijo de Dios vivo”, aceptándolo como Hijo de Dios, dando
matices de su divinidad. La respuesta es correcta, a partir de aquí, la
conversación se va a centrar entre estas dos personas: Jesús y Pedro. Luego de
esta acertada respuesta, Jesús le dice:
Mateo 16, 17 Y Jesús, respondiendo, dijo:
Bienaventurado tú, Simón Bar Yona, porque no es la carne ni la sangre quien eso
e ha revelado, sino mi Padre, que está en los cielos.
Primero Jesús reconoce a la persona que le contesta, Jesús
le llama por su nombre, “Tú, Simón Bar Yona”, es decir, “Simón hijo de Jonás”.
Esto lo utiliza Jesús como un recurso para dar significado a sus siguientes
palabras que tienen que ver con la misión de Pedro, como diciendo: “Tú has
dicho quien soy, y mi misión, ahora te digo quien tú eres y qué misión tienes”.
Mateo 16, 18 Y yo te digo a ti que tú eres Pedro,
y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos,
y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la
tierra será desatado en los cielos.
Efectivamente, Jesús menciona que Simón es realmente Pedro,
y eso se debe a que, sobre esa piedra, es decir sobre Pedro, Él edificará su
iglesia. Le está reconociendo e indicando cuál es su misión. La lógica de la
conversación fue la siguiente:
Pedro: Tú eres Cristo, el Hijo de Dios…
Jesús: Tu eres Pedro, y sobre esta piedra…
Primero se identifican el uno con el otro, y mencionan su
naturaleza, su misión; en el caso de Jesús, Él es el Mesías, el Hijo de Dios,
y, por lo tanto, dentro de la esencia de ser Hijo de Dios, radica la propia
misión, el unir toda la creación a Él, que es el inicio y final de todo. Lo
mismo sucede en el caso de Pedro, Él es una piedra, y sobre esa piedra será
edificada la iglesia de Jesús, por ser la piedra, Pedro va a tener las llaves
del reino de los cielos y la Iglesia no será derrotada nunca por el maligno.
¿Según el griego, es Pedro esa “Petra” sobre la que Jesús
edificará su Iglesia?
Algún lector podría estar en este momento negando todo lo
anterior dicho, pues a priori, para desarrollar el comentario breve a
ese texto, acepto una premisa que aún no se ha demostrado, es decir, acepto sin
antes haberlo demostrado, que Pedro es esa piedra sobre la que Jesús fundará su
Iglesia. Es aceptable y correcta tal observación, sin embargo, era conveniente
hacer un ligero repaso del texto para que todos los lectores en general,
entendieran al menos, un poco del contexto inmediato que rodea la cita bíblica
que nos interesa.
El griego de este texto es el siguiente:
Mateo 16, 13 Ἐλθὼν δὲ ὁ Ἰησοῦς εἰς τὰ μέρη Καισαρείας
τῆς Φιλίππου ἠρώτα τοὺς
μαθητὰς αὐτοῦ λέγων,
Τίνα λέγουσιν οἱ ἄνθρωποι εἶναι
τὸν υἱὸν τοῦ ἀνθρώπου;
Mateo 16, 14 οἱ δὲ
εἶπαν, Οἱ μὲν Ἰωάννην τὸν βαπτιστήν, ἄλλοι δὲ Ἠλίαν,
ἕτεροι δὲ Ἰερεμίαν
ἢ ἕνα τῶν προφητῶν.
Mateo 16, 15 λέγει αὐτοῖς, Ὑμεῖς δὲ
τίνα με λέγετε εἶναι;
Mateo 16, 16 ἀποκριθεὶς δὲ Σίμων Πέτρος
εἶπεν, Σὺ εἶ ὁ
Χριστὸς ὁ υἱὸς τοῦ
θεοῦ τοῦ ζῶντος.
Mateo 16, 17 ἀποκριθεὶς δὲ ὁ Ἰησοῦς εἶπεν αὐτῷ, Μακάριος
εἶ, Σίμων Βαριωνᾶ, ὅτι σὰρξ
καὶ αἷμα οὐκ ἀπεκάλυψέν σοι ἀλλ' ὁ πατήρ μου ὁ ἐν τοῖς
οὐρανοῖς.
Mateo 16, 18 κἀγὼ
δέ σοι λέγω ὅτι σὺ εἶ Πέτρος,
καὶ ἐπὶ ταύτῃ τῇ πέτρᾳ οἰκοδομήσω
μου τὴν ἐκκλησίαν, καὶ πύλαι ᾅδου
οὐ κατισχύσουσιν αὐτῆς.
Mateo 16, 19 δώσω σοι τὰς
κλεῖδας τῆς βασιλείας τῶν οὐρανῶν, καὶ ὃ ἐὰν
δήσῃς ἐπὶ
τῆς γῆς ἔσται δεδεμένον
ἐν τοῖς οὐρανοῖς, καὶ ὃ ἐὰν
λύσῃς ἐπὶ
τῆς γῆς ἔσται λελυμένον
ἐν τοῖς οὐρανοῖς.
Me permito utilizar el siguiente esquema en el que se
muestra el griego de esta perícopa desde el versículo 17 hasta el versículo 19,
que son los versículos que por ahora nos interesan.
Antes de pasar a la explicación de este esquema, pido por
favor mucha atención a aquello que está escrito en rojo y rosado, tanto en el
griego como en su traducción al español. Cabe señalar que el diagrama no es de
mi autoría, sino solamente la traducción al español que en este aparece.
El esquema es el siguiente:
Como anteriormente se había mencionado, la conversación a
partir del versículo 17 estriba sobre dos personajes: Jesús y Pedro; es natural
entonces centrarnos en sus versículos posteriores para detectar si existe algún
patrón en el griego, algún tipo de lógica en el escrito, que nos haga empezar a
resolver la pregunta planteada, para eso servirá analizar bien el esquema
presentado.
En ese esquema, lo que se intenta hacer es poner en la misma
columna las palabras en griego que tienen una conexión, principalmente aquellas
que se refieren a la misma persona. Además, aparecen en color rojo todas las menciones a San
Pedro en ese texto, aunque también están en color rosado.
Tal y como puede observarse, desde principio a fin, a Pedro
se le menciona 8 veces en tan solo 3 versículos, eso es una cantidad
significativa de veces. Y en el esquema se busca que todas esas menciones estén
conectadas de forma vertical versículo a versículo, de esa manera queda mucho
más claro quiénes son los sujetos y a quién se refiere cada una de las frases
ahí mencionadas.
De San Pedro se empieza hablando en el versículo 17, cuando
se usa la palabra griega “auto”, esta palabra
griega normalmente se usa cuando el escritor desea hacer referencia “la misma”
persona de la que se ha estado hablando con anterioridad; suele sustituir, en
varios casos, al nombre propio, y no siempre, al menos necesariamente, se
traduce a nuestra lengua, pues muchas veces el sujeto está implícito.
Puede observarse que en la traducción anterior (no la del
esquema), la Nácar Colunga omite esta palabra y lo traduce: “Y Jesús,
respondiendo, dijo…”, la traducción es correcta, sin embargo, si se desease
no omitir, entonces podría traducirlo como: “Y Jesús, respondiendo (a él
mismo = Pedro), dijo…”.
Sucede que en nuestras traducciones al español se suelen
omitir todas estas palabras que hacen referencia al mismo sujeto y se dejan de
forma implícita, sin embargo, en el griego de estos versículos, se hace mucho
énfasis en los sujetos de los que se está hablando. En el mismo versículo San
Pedro es referenciado, por ejemplo, cuando le llama por su nombre que en griego
se pronuncia igual “Simon”, luego usa la
expresión “soi”, que puede traducirse “a ti”,
haciendo referencia siempre a Simón. Jesús concluye ese versículo con la
palabra “soi” para volver a decir “a ti”,”,
siempre tratándose de Simón Pedro. En total, en el versículo 17, San Pedro es
mencionado 4 veces, y de forma insistente Jesús enfatiza en Él.
Pedro es la piedra sobre la que se edifica la Iglesia
Jesús continúa usando un lenguaje enfático en el versículo
18, donde no son tampoco pocas las veces en que es mencionado San Pedro, se
inicia con la palabra griega “sy”, que puede
traducirse como “tú”, obviamente refiriéndose a Pedro, pues la siguiente
palabra en referencia a él es su nombre “Petros”,
que no a propósito tiene un color ligeramente distinto, pues la siguiente
palabra “Petras” también está haciendo
referencia a él, ¿por qué?, hay varias razones:
1.
Como se ha podido observar, Jesús ya ha hecho
énfasis al menos 6 veces que su objeto de exposición es Pedro, quien ha
respondido muy bien la pregunta que Él hizo al comienzo. Por esa profesión de
Fe de Pedro, él es una Piedra, pues la profesión es una piedra sólida de la que
nadie edificado puede derrumbarse. Por eso a su vez Pedro es esa piedra sobre
la que Jesús edifica su Iglesia, pues no puede separarse la confesión de la
persona que lo confiesa.
2.
Pedro ha mencionado a la figura del mesías y le
ha hecho ver su rol, en el judaísmo la figura del mesías, “el ungido”
era completamente esperada, nadie que conociera la ley, podría estar
indiferente ante alguien que sea llamado “el Mesías”. Cuando Pedro
reconoce en Jesús el ser el Cristo (palabra griega para decir Mesías), está
reconociendo la labor de nuestro Señor. Lo mismo se dice del Señor, que,
llamando a Pedro por su nombre de natalicio, es decir, Simón, le hace ver que
Él le cambió el nombre por el de Pedro debido a una misión también, la de ser
la piedra sobre la que la iglesia se iba a edificar.
3.
En la expresión griega “kai epi taute te”, que
las biblias traducen “y sobre esta piedra”, también omiten una
referencia al mismo sujeto del que se está hablando. Realmente esa expresión
puede traducirse como “y sobre esta (misma) piedra”, donde “misma” hace
referencia a la piedra anteriormente mencionada: Pedro.
4.
El juego de palabras de Petros (Piedra = Pedro),
en masculino, y Petra (Piedra), en femenino no puede estar señalando otra cosa
más que una relación entre ambas, relación que conecta al sujeto personal, es
decir Pedro, con una función que parte de su nombre, es decir, el ser piedra
sobre la que ese edifica la iglesia. Dentro del contexto hebreo, cada nombre
tenía una idea, y dentro de esa idea una función o un deseo de parte de los
padres o del mismo Dios. Por ejemplo, la decisión de parte de Dios de decirle a
Zacarías que su hijo se llamaría Juan, no fue arbitraria, sino que a través del
significado de la palabra Juan (Dios perdona), el Señor envía un mensaje y le
designa una misión a esa persona. Juan el bautista fue el que anunció la
llegada del mesías, la llegada del perdón de Dios.
5. El versículo 18 queda dentro de una tripleta de
versículos que poseen una relación lógica el uno con el otro. Este esquema
recae en un modelo Bendición + Razón, por ejemplo:
a.
En el versículo 17 la bendición de Simón es
haber acertado con sabiduría la identidad del Señor, y luego el Señor le da una
razón a esa bendición: a él lo ha bendecido Dios Padre con la sabiduría de lo
alto.
b.
En el versículo 19 la bendición de Simón es
haber conseguido las llaves del reino de los cielos, y la explicación acerca de
ello es que él: atará y desatará.
c.
En el versículo 18 la bendición de Simón es
haber sido llamado Pedro por Dios mismo, y la razón acerca de ello es que él:
será la piedra en la que se edifica la iglesia.
6.
El constante énfasis sobre Simón Pedro en esos
pocos versículos tiene como inicio su profesión de fe, ¡la gran bendición de
sin temor decirle las cosas a Dios!, y el efecto final es la consecuencia de la
fe de Pedro, Jesús le bendice siendo la piedra sobre la que Él edificará su
Iglesia.
7.
Las llaves del reino de los cielos eran dadas,
al igual que las llaves del reino Davídico, a un mayordomo (en hebreo soken),
es decir, a una persona que administre el reino, que tenga tanto poder como lo
tiene el rey, pero que sigue siendo inferior a este. Jesús, dando las llaves de
los cielos a Pedro, le está confiriendo autoridad sobre esa Iglesia que sería
fundada sobre él, una autoridad que viene desde lo alto, pues a Pedro su fe no
le fue revelada por su propia carne, sino por Dios en los cielos.
Muchísimas más razones hay, y en definitiva las hay, pero
para eso ya habría que explicarse demasiado no siendo ese el motivo de este
post, y arriesgándome a la simpleza estoy dejando solamente esos 7 puntos.
Para que no se vaya olvidando, aquí nuevamente el diagrama
que hemos estado observando:
Hasta el momento Simón Pedro ya ha sido mencionado 7 veces
faltando solamente un versículo. En el versículo 19 nuestro Señor vuelve a usar
la palabra “soi”, para hacer referencia a San
Pedro, esta vez para indicarle que es solamente a él (a nadie más en ese
momento), que le dará las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ate en
la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desate sobre la tierra, será
desatado en el cielo. Un punto interesante de esto es que la expresión griega
“Ekklesia” (que significa iglesia) no será utilizado sino una sola vez más por
nuestro Señor, en Mateo 18, 18, donde establece la autoridad de los demás
Apóstoles, esas son las únicas dos ocasiones en las que nuestro Señor
Jesucristo utiliza la expresión “Ekklesia”.
Una traducción que no obvie las menciones a Pedro
Después de lo dicho, parece interesante saber cómo podría
ser una traducción de este pasaje si no se omitiera, producto de nuestra forma
de expresión hispana, todas esas ocasiones en las que se enfatiza sobre la
figura de Pedro. La traducción tradicional, usando la Sagrada Biblia Nácar
Colunga (biblia católica muy recomendada), es la siguiente:
Mateo 16, 17-19:
“Jesús, respondiendo, dijo: Bienaventurado tú, Simón Bar
Yona, porque no es la carne ni la sangre quien eso te ha revelado, sino mi
Padre, que está en los cielos. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre
esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán
contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en
la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será
desatado en los cielos.”
La traducción siendo enfático en cada uno de los casos
mencionados, podría ser la siguiente:
Mateo 16, 17-19
“Respondiéndole Jesús le dijo a
él, “Bienaventurado eres Simón
barJona, porque no es la carne y sangre que te lo revelaron a ti, sino el Padre en el cielo. Y yo a ti te digo que tú eres Pedro
y que sobre esta misma piedra yo
edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no podrán vencerla. Doy a ti las llaves del
reino de los cielos, y todo aquello que ates en la tierra será atado en el
cielo, y cuantos desates en la tierra será desatado en los cielos”
Es casi evidente que, así como el Señor se dirige a Pedro, y
le dice:
·
“A ti” no te lo ha revelado la carne ni sangre…
·
“A ti” te digo…
·
“que tú” eres “Pedro”
·
Y que sobre esta “misma Piedra” edificaré mi
iglesia.
·
“A ti” te daré las llaves del reino
Entonces la piedra a la que el inefable Señor Jesús se
refiere cuando habla acerca de edificar su Iglesia, es que es Pedro, ese pobre
hombre pecador como todos nosotros, iba a ser la piedra sobre la que Él iba a
edificar su Iglesia.
Conclusión
Después de haber leído todo lo anterior, puede que algunos
aún tengan sus reservas, espero que bien fundadas, acerca de quién es esa
piedra sobre la que Jesús edifica su iglesia, por lo que, invito a todo lector
que vea errores en lo expuesto, a que en la caja de comentarios se explique
libremente y quién sabe, le brinde más riqueza a este escrito.
Por lo pronto, parece evidente que, dadas las pruebas
anteriormente expuestas, no cabría impedimento dentro de lo planteado para
negar que San Pedro sea, según San Mateo 16, 18, la piedra sobre la que Jesús
edifica su Iglesia.
Dios te bendiga.
Poir: Cairo José Sánchez Sáenz
Excelente Carlos, excelente.
ResponderEliminarPero Pedro mismo reconoce que la piedra angular es Cristo, y nosotros, (incluido el mismo pedro)somos piedras vivas...
ResponderEliminar1 Pedro 2:4-7
[4]Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
[5]vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
[6]Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. m
[7]Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; m
Una cosa no tiene que ver con la otra.
Eliminar1-E el contexo, los apóstoles discuten sobre quien era el mayor. Si Pedro hubiese recibido tal autoridad, no tendrían duda de quien era el mayor.
ResponderEliminar2- Si se habla de una sucesión apostólica del papado, por qué el siguiente Papa no fue el apóstol Juan, quien vivió hasta el año 100 aproximadamente.
3- Pedro mismo identificó a Jesús como el fundamento de la iglesia.
4- Pedro nunca se comportó como alguien superior a sus hermanos.
5- No hay registro de que Pedro fuera a Roma
Sigo?
Muchas gracias por tu comentario, respondo brevemente:
Eliminar1. "Ser el más grande en el reino de los cielos" no implica de forma necesaria que se relacione con quién iba a ser el que los dirigía (el ser el líder de los apóstoles no implicaba absolutamente ser el mejor y más elevado espiritualmente hablando). Por otro lado, más adelante en ese capitulo Jesús habla a Pedro sobre su rol de confirmar a sus hermanos confirmándole que, aunque quizás él no sea el más grande de los cielos, definitivamente es el que debe mantener al rebaño seguro.
2. ¿Y por qué debería ser San Juan Apóstol?, el sucesor de la sede episcopal de Roma fue decida por los actores en el momento, San Juan se encargaba de otros asuntos, no del liderato de la Iglesia.
3. No tiene absolutamente nada que ver una cosa con la otra. Sin Jesús nada de esto tiene sentido, es la.base fundamental, el pilar sin el que cualquier existencia que ha venido a nuestra realidad no existiera. Te recomendaría investigar sobre el Papado (su definición, etc.).
4. Pedro no era superior a sus hermanos, ¿no sería acaso muy soberbio portarse como alguien superior por el hecho de ser el que dirige la Iglesia? San Pedro sabía dirigir, muestra de ello el Concilio de Jerusalén.
5. Los hay, ya eso debería estar demostrado.
Puede seguir, con gusto se le responden sus dudas. Pero tengo una yo, ¿podría dedicarse a responder lo que el post dice y no hablar sobre otros argumentos ya contestados con anterioridad?
Dios te bendiga.
Pero, un pero, muy grande, entendiendo que las Escrituras no se pueden quebrantar ni contradecirse una con otra, pero, en 1 Corintios, Pablo, por el Espíritu Santo, enseña en 1 Corintios 10:4 que Jesús es la Roca, así está escrito: "...4 y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía y la Roca era el Cristo..."
ResponderEliminarY, el único, que es el Cristo por todas las Sagradas Escrituras, es Jesús!!!
De hecho, en Mateo 16:16 Simón, por Revelación del Padre dijo así: "...Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente..." Simón, reconoce inicialmente a Jesús como el Cristo, es decir, como la Roca, es por éso mismo, que el Señor mismo le comienza a decir en Mateo 16:18 y yo te digo que usted es petros, pero, yo te digo, que sobre -ésta la Roca, Yo edificaré la iglesia, la mía, que es como está en el griego koiné.
"...κἀγὼ δέ σοι λέγω ὅτι σὺ εἶ Πέτρος, καὶ ἐπὶ ταύτῃ τῇ πέτρᾳ οἰκοδομήσω μου τὴν ἐκκλησίαν, καὶ πύλαι ᾅδου οὐ κατισχύσουσιν αὐτῆς·..."
Ésta pequeña partícula (μου) hace mucha diferencia, pues, significa la mía o la de mí, en referencia a la Iglesia; también, la partícula (δέ) puede usarse de dos formas, pospositiva: adversativa o continuativa, que para el caso, obvio, es continuativa, y en ése sentido, significa por consiguiente, además, por éso, por lo cual, por lo anterior, de ahí, entonces; y, también la podemos usar como adversativa, porque el Señor, está o va a oponer lo de Él contra lo de pedro, y significa por el contrario, en vez, pero aclarativo.
También, el demostrativo (ταύτῃ) ésta, con tilde, porque se está refiriendo, a lo que el Señor dijo anteriormente, o está mostrándose a sí mismo, pues, lo que sigue se refiere es a Él mismo (τῇ πέτρᾳ, la piedra o la Roca) que, como ya se especificó, la Roca en las Sagradas Escrituras se refieren en todo caso es a el señor Jesús el Cristo.