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viernes, 3 de agosto de 2018

El Concilio Vaticano II no contiene errores

¿El Concilio de Vaticano II contiene errores? En la historia, la Iglesia Católica ha hecho concilios dogmáticos y ecuménicos-pastorales que han reafirmado doctrinas o aplicado ciertos "cambios o variaciones" válidos, que por el contexto histórico han sido aplicados, y  que hacen comprender de una mejor forma la riqueza de las enseñanzas de la Iglesia, el poder de los sacramentos, la importancia de la participación laica en la catequización de la Iglesia, la solemnidad de las celebraciones litúrgicas y otras cosas más. 

Uno de estos es el contenido añadido y modificado al Credo de los Apóstoles con el Credo Nicenoconstantinopolitano, que aunque cambiaron lo "superficial" la esencia es la misma y más aplicada al contexto de la época en donde abundaban tantas herejías.

Y aunque siempre hay detractores de los cambios que se realizan en estos concilios, el que más revuelo causa actualmente es el Concilio Vaticano II, un concilio ecuménico donde se tomaron temas pastorales, catequéticos y litúrgicos dentro de la Iglesia que por las necesidades de nuestro tiempo podían ser modificadas y/o analizadas.

Muchos mal llamados "tradicionalistas católicos" afirman tajantemente que: "El Concilio Vaticano II es un concilio ecuménico, no dogmático, por lo tanto puede contener errores, en otras palabras no es infalible". Este argumento es esgrimido para poder sentirse libres de creer que algunas actualizaciones litúrgicas (que en ningún momento dejaron como inválidas las tradicionales) son protestantizadas y contienen errores. "modernistas", o que el Concilio Vaticano II (De ahora también CVII) es el causante de la "modernización de la iglesia".

En este post se demostrará por medio de documentos eclesiales cómo el pensar que el Concilio Vaticano II no es infalible te convertiría en sedevacantista sin pensarlo (Es decir,estarías negando la autoridad de un Papa y colegio de obispos), o en al menos un lefebvrista. El post será especialmente largo, pero lo amerita.


Desarrollo:

I. ¿Algún Papa pre-CVII había dicho que se podían modificar ciertas cosas por las necesidades del tiempo?

Para empezar hay que preguntarnos si algún papa pre-conciliar había dicho que se podían hacer cambios por las necesidades o características del tiempo, la respuesta es: SI

El Papa Pío XII mencionaba: [1]
"La jerarquía eclesiástica ha ejercitado siempre este su derecho en materia litúrgica, instruyendo y ordenando el culto divino y enriquesiendolo con esplendor y decoro cada vez mayor para gloria de Dios y bien de los hombres. Tampoco ha vacilado, por otra parte –dejando a salvo la sustancia del sacrificio eucarístico y de los sacramentos en cambiar lo que no estaba en consonancia y añadir lo que parecía contribuir más al honor de Jesucristo y de la augusta Trinidad y a la instrucción y saludable estímulo del pueblo cristiano."

"Efectivamente, la sagrada liturgia consta de elementos humanos y divinos: éstos, evidentemente, no pueden ser alterados por los hombres, ya que han sido instituidos por el divino Redentor; aquéllos, en cambio, con aprobación de la jerarquía eclesiástica, asistida por el Espíritu Santo, pueden experimentar modificaciones diversas, según lo exijan los tiempos, las cosas y las almas. De aquí procede la magnífica diversidad de los ritos orientales y occidentales"

Duras palabras quizás para los detractores de los cambios realizados en el CVII.




II. El Papa Pablo VI mencionó que por el poder apostólico recibido de Cristo en el Espíritu Santo, todo el CVII es aprobado, decretado y promulgado, y además se ordena que sea promulgado para gloria de Dios.

Observemos como el Papa Pablo VI [2] clausuró solemnemente el CVII:
"Todo el conjunto y cada uno de los puntos que han sido enunciados en esta constitución dogmática parecieron bien a los Padres del Sacrosanto Concilio. Y nos, por el poder apostólico que nos ha sido confiado por Cristo, junto con los venerables Padres, en el Espíritu Santo, los aprobamos, decretamos y promulgamos. Y ordenamos que lo que ha sido decidido en el Concilio sea promulgado para la mayor gloría de Dios... Yo Paulo, Obispo de la Iglesia Católica."

III. El Papa Pablo VI cumplió los 3 requisitos para hablar infaliblemente.

Los requisitos son los siguientes:
1) Debe actuar como pastor universal, maestro de todos los cristianos.
2) Debe enseñar con su autoridad apostólica.
3) Debe exponer una doctrina de fe o moral que debe ser sostenida por la Iglesia Católica.

Así lo enseña el Papa Pío IX en el Concilio Vaticano I [3].
"...el Romano Pontífice, cuando habla Ex Cathedra - esto es, cuando cumpliendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, define por su suprema autoridad apostólica que una doctrina sobre la fe y costumbres debe ser sostenida por toda la Iglesia Universal- por la asistencia divina que fue prometida en la persona del bienaventurado Pedro, goza de aquella infalibilidad de que el Redentor divino quiso que estuviera su Iglesia en la definición de la doctrina sobre la fe y las costumbres, y, por tanto, que las definiciones del Romano Pontífice son irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de la Iglesia. Pero si alguien se atreve a contradecir esta nuestra definición, que Dios no lo quiera: sea anatema"

Entonces resta mostrar que el papa Pablo VI cumplió esos tres requisitos.

1. Primer punto: Obispo universal.
El Papa Pablo VI [7] comienza en cada uno de los 16 documentos del CVII con las palabras (o de forma similar):
"Paulo, Obispo, siervo de los siervos de Dios, juntamente con los padres del sagrado concilio para eterna memoria".

De esta forma también inician otros concilios considerados infalibles, como Papa Eugenio IV en el Concilio dogmático de Florencia [4], el Papa Julio II en el V concilio dogmático de Letrán [5] , Papa Pío IX en el primer concilio vaticano [6].

Esto demuestra que el Papa Pablo VI en el CVII estaba hablando con su autoridad de pastor universal y maestro de todos los cristianos, al igual que los demás papas.

2. Segundo punto: Autoridad Apostólica.
El Papa Pablo VI [8] termina en cada uno de los 16 documentos del CVII con las palabras (o de forma similar):
"Todo el conjunto y cada uno de las cosas establecidas en esta constitución dogmática han obtenido el beneplácito a los padres del sacrosanto concilio. Y nos, por la potestad apostólica que nos ha sido conferida por Cristo, juntamente con los venerables padres, la aprobamos, decretamos y estatuimos en el Espíritu Santo, y ordenamos que así lo decretado conciliarmente sea promulgado para la mayor gloria de Dios... Yo Pablo, Obispo de la Iglesia Católica"

En realidad este texto es poderoso para mostrar que el Papa Pablo VI junto con el colegio de los Apóstoles en el CVII por la potestad apostólica conferida por Cristo escribieron el CVII sin errores. ¿Es posible que con la autoridad del Espíritu Santo, la potestad apostólica conferida por Cristo y en conjunto con los venerables padres una enseñanza sea fallida? De hecho esas conclusiones son mucho más solemnes que las de algunos concilios como el de Nicea [325] o el de Éfeso [431], y sin embargo estos últimos dos si son unánimemente considerados infalibles, mientras que el CVII no lo es.

A menos que consideremos que el Papa Pablo VI no era un verdadero Papa, y que por tanto esa autoridad de la que habla es falsa, por lo que seríamos sedevacantistas, entonces si estaría bien que consideraras que el CVII contiene errores.

3. Punto tres: Enseñanza que debe ser sostenida por la Iglesia.
Con los puntos anteriores ya debería estar probado este punto, sin embargo aquí tenemos el escrito de Pablo VI donde menciona que todo el Concilio Vaticano II debe ser religiosamente sostenido por la Iglesia. [9]

"Así pues, habiendo concluido hoy, con la ayuda de Dios, todo cuanto se refiere al sacrosanto Concilio ecuménico, habiendo sido aprobados por deliberación sinodal y promulgados por nos todas las constituciones, decretos, declaraciones y acuerdos, con nuestra apostólica autoridad decidimos y ordenamos concluir, a todos los efectos, el propio Concilio ecuménico, convocado por nuestro predecesor Juan XXIII el 25 de diciembre de 1961, iniciando el 11 de octubre de 1962 y continuado por nos después de su muerte. Mandamos también y ordenamos que todo cuanto ha sido establecido conciliarmente sea religiosamente observado por todos los fieles para la gloria de Dios, decoro de la Iglesia... Hemos sancionado y establecido estas cosas, decretando que las presentes letras sean permanentes y continúen firmes, válidas y eficaces; que se cumplan y obtengan plenos e íntegros efectos y que sean plenamente convalidadas por aquellos a quienes compete o podrá competer ahora o en el futuro. Así debe juzgar y definir. Y debe considerarse nulo y sin valor desde este momento todo cuanto se haga contra estos acuerdos por cualquier individuo o cualquier autoridad, conscientemente o por ignorancia. Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el anillo del pescador, el día 8 de diciembre... el año 1965, tercero de nuestro pontificado"

Así pues, haciendo una premonición de lo que se venía nos deja una joya al final del Vaticano II, donde deja de forma categóricamente clara que debe considerarse nulo y sin valor cualquier argumento que se haga contra los acuerdos expuestos en el sacrosanto concilio. Sin duda esto último no lo tienen en cuenta los que dicen que el Concilio Vaticano II contiene errores y que no son sedevacantistas (estos ultimos, al considerar al Papa Pablo VI como falso, pueden afirmar que el CVII si tuvo errores [aunque estén errados], pero si no se es sedevacantista, sino un tradicionalista o un laico común y corriente, entonces debe aceptarse el Concilio Vaticano II como infalible, y guardarse por todos los fieles, incluso, si este mismo no dice literalmente su infalibilidad.

VI. Argumento en contra: "Pero el Concilio Vaticano II es el inicio de la ruptura con la tradición de la Iglesia y sus enseñanzas contradicen el magisterio"

Para esto podemos citar las palabras de Joseph Ratzinger [Papa Benedicto XVI], en una carta dirigida a Monseñor Lefebvre [10].

"...hay que señalar que -en función de los diversos grados de autoridad de los textos conciliares- no se excluye la crítica de algunas de sus expresiones, realizada según las reglas generales de adhesión al Magisterio. Puede incluso expresar el deseo de que se produzca una declaración o un desarrollo explicativo sobre un punto u otro"

"No puede usted afirmar, sin embargo, la incompatibilidad de los textos conciliares, que son textos magisteriales, con el Magisterio y la tradición. Puede decir que, personalmente, no ve esa compatibilidad y pedir, por lo tanto, a la Sede Apostólica que la explique. En cambio, si, por el contrario, usted afirma la imposibilidad de dicha explicación, se opone profundamente a la estructura fundamental de la fe católica, a la obediencia y humildad de la fe eclesial que afirma profesar, cuando, al final de su carta, recuerda la fe que le fue enseñada a lo largo de su infancia y en la Ciudad Eterna"

Por lo que, los que afirman que existen errores en el Concilio Vaticano II, en ciertos puntos, antes de decir que contiene errores el CVII, deben pedir la explicación a la Sede Apostólica pues ese es el proceso que se debe tomar, de lo contrario, si se niega y se piensa que el error es latente sin pedir ningún tipo de explicación de la sede, se incurre en una oposición a la estructura fundamental de la fe Católica, serías cismático.

Joseph Ratzinger dice también con razón que no se debe excluir que algunas frases del concilio deban ser estudiadas o mejor comprendidas, esto es, por si resulta ambiguo, pero una vez más la solución no es atacar de alguna forma al concilio, sino buscar entenderlo a los ojos del magisterio o simplemente pedir explicación tal y como lo menciona el Papa Benedicto XVI.



VII. Argumento en contra: "Pero el Concilio Vaticano II es pastoral y ecuménico, ergo no es dogmático, por tanto no es infalible"

La aseveración no es válida, pues si bien no se ha definido ningún dogma en cuestión a fe de manera literal, los textos arriba expuestos demuestran que el Concilio es infalible y dogmático en cierta manera, debería hacer un "ding" en el timbre de la razón el ver que entre los documentos del CVII se observan constituciones dogmáticas, la Lumen Gentium y la Dei Verbum. Para que no se mal interprete lo que se acaba de escribir: el Concilio Vaticano II es predominantemente pastoral, pero trata, naturalmente temas dogmáticos, no define nuevos dogmas ni doctrinas, pero trata los ya existentes brindándoles una explicación magisterial actualizada y amplia.

Haciendo notar que dada las pruebas expuestas hasta el momento sobre el CVII, se ha demostrado que todo lo enseñado en él debe ser tomado por todos los fieles como enseñanzas válidas y eficaces, y en caso de creer que hay un error, pedir explicación a la santa sede es lo sistemáticamente correcto, sumado al hecho de que ha sido promulgado con autoridad infalible del papa, dirigido por el Espíritu Santo por los méritos de Cristo, debemos considerar al CVII como un concilio doctrinal también., ya que enseña la doctrina tal y como la Iglesia siempre lo ha enseñado.

¿Quién ha dicho que un concilio predominantemente pastoral [que no excluye que sea dogmático] no puede ser infalible? Veamos de hecho las palabras del Papa Juan XXIII en su discurso de apertura del Vaticano II.

El mismo Papa en su discurso resalta que al ser predominantemente pastoral, no niega que se transmita la doctrina, por lo que también es un concilio doctrinal [14]:

"[El concilio] quiere transmitir la doctrina pura e íntegra, sin atenuaciones, que durante veinte siglos, a pesar de las dificultades y luchas, se ha convertido en patrimonio común...Nuestro deber no es solo custodiar este tesoro precioso, como si únicamente nos ocupásemos de la antigüedad, sino también dedicarnos con voluntad diligente, sin temores, a la labor que exige nuestro tiempo, prosiguiendo el camino que la Iglesia recorre desde hace veinte siglos... Una cosa es el depósito mismo de la fe, es decir, las verdades que contiene nuestra venerada doctrina, y la otra manera como se expresa, y de ello ha de tenerse gran cuenta, con paciencia si fuera necesario; ateniéndose a las normas y exigencias de un magisterio de carácter prevalentemente pastoral"


VIII. Argumento en contra: "El CVII contradice la enseñanzas de los papas anteriores al caer en un relativismo donde se ubica a las religiones falsas como verdaderas".

Sencillo, esto es completamente falso. Normalmente se toma la encíclica Mortalium Animos para "demostrar" tal cosa, sin embargo esta encíclica rechaza un ecumenismo irenista donde existe relativismo en las verdades de fe, más bien se busca una unidad basada en un máximo común denominador de las distintas creencias [11].

De hecho el decreto Unitatis Redintegratio menciona como es este ecumenismo, donde se debe exponer la verdad católica evitando cualquier falso irenismo que la deje a un lado.

"Es totalmente necesario que se exponga con claridad toda la doctrina. Nada es tan ajeno al ecumenismo como el falso irenismo, que pretendiera desvirtuar la pureza de la doctrina católica y obscurecer su genuino y verdadero sentido.

La fe católica hay que exponerla al mismo tiempo con más profundidad y más rectitud, para que tanto por la forma como por las palabras pueda ser cabalmente comprendida también por los hermanos separados" [12]

Y sobre el decir "que todas las religiones son verdaderas" menciona:

"solamente por medio de la Iglesia Católica de Cristo, que es auxilio general de la salvación, puede conseguirse la plenitud total de los medios salvíficos" [13]

IX. Argumento en contra: "El Papa Pablo VI dijo en 1966 que el CVII había evitado proclamar dogmas sujetos a la infalibilidad"

Quizás los que esgrimen este argumento confunden el hecho de realizar una proclamación de un dogma de fe que es infalible, que implica la resolución de una doctrina específica que es revelada por el Espíritu Santo, y el hecho de que el concilio no sea infalible. Esta declaración resulta irrelevante para demostrar que el Concilio no fue infalible, la declaración simplemente confirma que en el concilio no se promulgó ningún dogma específico. Él en esa declaración, al igual que lo hizo Joseph Ratzinger en su tiempo y en el mismo CVII, menciona que el Concilio Vaticano II constituye una enseñanza del magisterio ¿Se puede considerar que una enseñanza del magisterio contenga errores?

X. Argumento en contra: "Insisto, el Concilio Vaticano II fue pastoral, no es infalible"

Bueno, esa era la excusa normal que hacía Monseñor Lefebvre [Por eso el énfasis del post en hacer ver que considerar el CVII falible es ser Lefebrista o incluso Sedevacantista sin querer serlo]. Sin embargo veamos la respuesta tajante que le dio el Papa Pablo VI ante este argumento: [15] 

"Nada de lo decretado en ese Concilio, como en las reformas [litúrgicas] que nos hemos decidido llevar a cabo, se opone a lo que la Tradición Bi milenaria de la Iglesia considera fundamental e inmutable. De todo esto somos nosotros garantes, en virtud, no de nuestra cualidades personales, sino por la tarea que el Señor nos ha confiado como sucesor legítimo de Pedro y de la asistencia especial que nos ha prometido, como a Pedro: "He rogado por ti con el fin de que tu fe no desfallezca" (Lc 22:32). Con nosotros es garante de esto el episcopado universal. Nuevamente, usted no puede distinguir lo que es pastoral de lo que es dogmático para aceptar algunos textos del concilio y rechazar otros"

Un duro golpe para los que rechazan algunas cosas del Concilio Vaticano II, y aceptan otras creyendo que no es infalible y se pueden dar esas libertades.




XI. Argumento en contra: "El CVII es magisterio ordinario, por tanto al no ser extraordinario no goza de ningún asentimiento especial"

Si bien el Concilio Vaticano II es Magisterio ordinario, goza de un tipo especial de asentimiento al que se denomina obsequio religioso, por eso la misma Iglesia enseña [16]: 

"El tercer apartado, que dice: «Me adhiero, además, con religioso asentimiento de voluntad y entendimiento, a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o por el Colegio de los Obispos cuando ejercen el Magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto definitivo», encuentra su lugar en los cann. 752 del Código de Derecho Canónico y 599 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales"

El mismo Concilio Vaticano I menciona que un magisterio ordinario también actúa con infalibilidad [17]:

"Por tanto, deben ser creídas con fe divina y católica todas aquellas cosas que están contenidas en la Palabra de Dios, escrita o transmitida, y que son propuestas por la Iglesia para ser creídas como materia divinamente revelada, sea por juicio solemne, sea por su magisterio ordinario y universal."

XII. Argumento en contra: "El Concilio Vaticano II declara el mismo derecho a las religiones falsas y a la religión verdadera"

Según los que argumentan esto, en Dignitatis Humanae se contradice el magisterio de los papas anteriores y la tradición de la iglesia, alegando que se le otorga el mismo derecho a las religiones falsas y a la religión verdadera. Basta decir que esto es falso.

Monseñor Émile de Smedt con Nihil Obstat de la Comisión Teológica del Concilio, interpretaba la declaración de la siguiente forma: [18]

"La expresión "libertad religiosa" tiene un significado bien determinado. Se le crearía una gran confusión en nuestros debates si algunos Padres asignasen a esta expresión un significado distinto del que se le da en este texto.

Al defender la libertad religiosa, -No se sugiere que le corresponda al ser humano considerar el problema de la religión como le plazca, sin admitir ninguna obligación moral, y decidir a su gusto si abraza o no la religión (indiferentismo religioso);

 - No se afirma que la conciencia humana sea libre, en el sentido de no estar sujeta a ninguna ley, es decir, exenta de cualquier obligación para con Dios (laicismo);

- No dice que el error deba tener los mismos derechos que la verdad, como si no hubiera ninguna norma objetiva de la verdad (relativismo doctrinal);

- Tampoco se admite que el hombre tenga, de alguna manera, un cierto derecho a complacerse tranquilamente en la incertidumbre (pesimismo diletante).

Si alguien persiste obstinadamente en asignar uno de esos significados a la expresión "libertad religiosa", daría a nuestro texto un sentido que no admiten ni las palabras ni nuestra intención"

Con esto se demuestra que antes de empezar a ver contradicciones o significados erróneos en el CVII, lo mejor es dirigirse a lo que dice la misma Iglesia sobre el mismo, las explicaciones y ampliaciones que se le da a lo ya escrito, para no caer en el error.

Con eso estarían los puntos terminados, determinando la suficiencia en la prueba que demuestra la infalibilidad del Concilio Vaticano II

Conclusión:

De esta manera se ha demostrado que el Concilio Vaticano II es infalible [Incluso si él mismo dice que alguna constitución dentro de él no lo es], y todo el que niegue tal cosa no puede ser llamado un "Católico Tradicional" de verdad, sino que se asemejaría a un Lefebvrismo encubierto o un Sedevacantismo inocente.

El Lefebvrista rechaza ciertas cosas del CVII, más no es sedevacante, sin embargo ya sabemos que lo que está en el CVII no contradice el magisterio y la tradición de la Iglesia, y si tienes algún problema con algo escrito ahí, pide explicación a la santa cede, mas no seas cismático.

El Sedevacante de por sí rechaza la infalibilidad del Papa Pablo VI, por lo que rechaza el Concilio Vaticano II sin ningún problema y pues el debate no sería el mismo del post (en el cual, quizás muchos de ellos estarán de acuerdo que si crees que el Papa Pablo VI era verdadero, debes considerar al CVII como infalible).

¿Usted rechaza algunas o todas las enseñanzas del CVII? 

Entonces recomiendo pedir asesoría a una autoridad eclesiástica para que le explique y lo saque de su duda, pero por favor, no se permita decir que existen errores, o hay relativismo, protestantismo o manchas en el Concilio Vaticano II o en el Novus Ordo [bien celebrado] ya que esas consideraciones serán sin valor [19][20]

Nota: Con el término infalible me refiero a que no contiene error que contradiga la enseñanza del magisterio y la tradición precedentes al mismo, no que necesariamente las instrucciones pastorales gocen de infalibilidad, porque esto no tendría sentido.


[1] Pio XII, Mediator Dei, 66-67, 20 de noviembre de 1947.
[2] Walter M. Abbott, The Documents of Vatican II, The America Press, 1966, pp 366, etc.
[3] Dezinger, The Sources of Catholic Dogma, B. Herder Book. Co, Thirtieth Edition, 1957, no. 1839.
[4] Decrees of the Ecumenical Councils, Sheed & Ward and Gergetown University Press, 1990, vol. 1, pp. 559.
[5] Decrees of the Ecumenical Councils, Vol. 1, pp. 597.
[6] Decrees of the Ecumenical Councils, Vol. 2, pp, 802.
[7] Walter M. Abbot, The Documents of Vatican II, pp. 137, 199, etc.
[8] Walter M. Abbot, The Documents of Vatican II, pp. 366, etc.
[9] Walter M. Abbott, The Documentos of Vatican II, pp. 738-739.
[10] Cardenal Joseph Ratzinger, Carta a Mons. Lefebvre, 20 de Julio de 1983.
[11] Señala de hecho como falso ecumenismo al pancristianismo sincrético, que deja la verdad en un segundo plano.
[12] Unitatis Redintegratio, 11.
[13] Ibid, 3.
[14] Walter M. Abbott, The Documents of Vatican II, pp. 715.
[15] Pablo VI, Carta a Mons. Lefebvre, 11 de octubre de 1976.
[16] Juan Pablo II, Carta Apostólica dada en forma de 'Motu Proprio' "Ad Tuendam Fidem".
[17] Constitución Dogmática Filius Dei, capítulo 3, "En cuanto a la fe", Denzinger 1792
[18] Primero informe oral de Mons. Émile de Smedt, Congregación general 70, 19 de noviembre de 1963.
[19] Walter M. Abbott, The Documentos of Vatican II, pp. 738-739.
[20] Muchas fuentes han sido extraídas de "Curso: Para conocer el Concilio Vaticano II" de José Miguel Arraiz, la web sedevacantista www.vaticanocatolico.com de Miguel Dimond y Pedro Dimond y otras fuentes webgráficas.

Por: Cairo - Cuculmeca

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