Algunos textos sobre la Santísima Trinidad - Cuculmeca Apologética

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miércoles, 2 de octubre de 2019

Algunos textos sobre la Santísima Trinidad


Introducción

El Dogma de la Santísima Trinidad sin duda es uno de los temas de más difícil compresión para los unicitarios, algunos protestantes e incluso algunos católicos.
De hecho, en la Historia de la Iglesia existen personas que han sido catalogadas como herejes por negar la Divinidad de Cristo, por ejemplo, en el año 431, el concilio de Efeso condenó a Nestorio por decir que Cristo había dos personas.
Lo mismo sucedió con Arrio, el presbítero de Alejandría, fue condenado en el Concilio de Nicea en el año 336 por negar la divinidad de Cristo. De aquí se derivó el arrianismo, sin embargo, con el tiempo esta fuerza arrianista fue cesando.
En el año 451 el concilio de Calcedonia condenó a Eutiques por decir que en Cristo había una sola naturaleza (Los Católicos creemos que en Cristo está la Naturaleza humana por nacer de la Virgen María y la divina por ser el Hijo de Dios y ser Dios)
Por ejemplo, los Testigos de Jehová creen que Jesús no era Dios, en otras denominaciones protestantes creen que es Dios pero que no es una persona diferente del Padre ni el Espíritu Santo.
A continuación, se presentan citas bíblicas que apoyan que el dogma y misterio de la Santísima Trinidad es totalmente válido bíblicamente.

Desarrollo

Génesis 18,1-3

1 Apareciósele Yahvé (a Abrahán) en el encinar de Mamré mientras estaba sentado a la entrada de la tienda, durante el calor del día.
2 Alzando los ojos miró, y he aquí que estaban parados delante de él tres varones. Tan pronto como los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de su tienda, y postrándose en tierra
3 dijo: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego no pases de largo junto a tu siervo.
En Génesis 18,1-3 se muestra que a Abrahán se le aparecen 3 varones (en otras traducciones les llaman “personas”), se arrodilló ante ellos y les nombró “Señor Mío”. Es muy interesante porque ya desde el antiguo testamento se presentaban las tres personas de la Santísima Trinidad juntas, en este caso a Abrahán. El hecho que Abrahán haya llamado a las tres personas “Señor mío” es decir en singular, no en plural como pudo haber sido “Señores”, denota que esos tres “varones” eran en esencia lo mismo, esos tres “varones” eran el mismo Dios y es por eso que a Abrahán le basta con decir “Señor mío” en singular.
Esta frase recuerda también a Juan 20,28 donde Tomás, luego de la resurrección de Jesús le dice “Señor mío y Dios mío”, haciendo hincapié que Jesús es el Señor y es Dios.
Algunos dirán que la aparición es Dios con dos ángeles a su lado, sin embargo, no hay razón para que esto sea así, ya que Dios desde el momento de la creación no necesitó de nadie, y no lo acompañaba nadie para hacer lo que debía hacer, de hecho, los únicos que lo acompañaban en la creación del todo eran las otras dos personas que conforman a la Santísima Trinidad.
Sin duda esta cita de Génesis es buena como introducción a las citas que apoyan al misterio de la Santísima Trinidad, ya que muestra de una forma bastante clara la aparición de estas tres personas que conforman a un solo Dios.

Juan 8,16-18

16 Y si Yo (Jesús) juzgo, mi juicio es verdadero, porque no soy Yo
solo, sino Yo y el Padre que me envió.
17 Está escrito también en vuestra Ley que el testimonio de dos hombres es verdadero.
18 Ahora bien, para dar testimonio de Mí, estoy Yo mismo y el Padre que me envió”.
Para demostrar que Jesús y el Padre son personas distintas y no excluyentes entre sí, aunque las dos sean el mismo Dios, es plausible demostrar que en el cielo el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo individualmente dan testimonio en el cielo, aunque los tres sean uno.
Aquí en Juan 8,16-18 aquí Jesús empieza a hablar sobre las leyes judías, donde se dice que cuando dos hombres de buena fe dan testimonio entonces es verdadero, sí mismo lo usa como analogía para decir que tanto él y el padre dan el testimonio y es verdadero.
Aquí se demuestra que El Padre y el Hijo son personas diferentes ya que Jesús dice “…Mi juicio es verdadero…Porque no solo soy yo, sino Yo y el Padre, y luego dice “…En vuestra ley está escrito que el testimonió de dos hombres es verdadero”
Este texto deja en claro la distinción de personas entre el Padre y el Hijo, aunque los textos como el siguiente también demuestran que, aunque sean personas distintas, la naturaleza (Divina) es la misma, tomemos por ejemplo Génesis 1,26-27.

Génesis 1,26-27

26 Después dijo Dios: “Hagamos al hombre a imagen nuestra,
según nuestra semejanza; y domine sobre los peces del mar y las
aves del cielo, sobre las bestias domésticas, y sobre toda la tierra y todo reptil que se mueve sobre la tierra”.
27 Y creó Dios al hombre a imagen suya; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó.
En la cita anterior se muestra que, en el principio, el génesis, el libro que explica el inicio de la creación de Dios y los planes que tenía con todos nosotros, Dios crea todas y cada una de las cosas existentes incluyendo la materia y el tiempo, entre la materia existimos nosotros, todos y cada uno de los seres humanos, lo importante aquí es que fuimos creados a imagen y semejanza de él mismo. ¡Pero que dicha más grande!
Sin embargo, la parte importante del texto para demostrar la Santísima Trinidad es en el versículo 26 que Dios dice “Hagamos”, esa palabra que es un verbo en tiempo presente, se encuentra el plural, es decir Dios está hablando con alguien más, los católicos creemos que está hablando con las otras personas de la Santísima Trinidad, los protestantes tienen ideas divididas, algunos dicen que habla con él mismo, y otros que Dios está hablando con sus ángeles del cielo.
Así tenemos 3 posibilidades:
<!>a)    <!>Habla con las otras personas de la Santísima Trinidad.
<!>b)    <!>Habla consigo mismo.
<!>c)    <!>Habla con los ángeles del cielo.
¿Cómo demostramos que en verdad habla con las otras personas de la Santísima Trinidad?
Bueno, vamos a ir quitando algunas de las opciones de la lista.
Primero, no pudo estar hablando con los ángeles del cielo ya que es muy explícito el versículo 26 y 27 “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” “Los creó a su imagen y semejanza (de Dios)”
Es importante recalcar la palabra nuestra ya que si estuviese hablando con los ángeles entonces les estaría diciendo que los creará a imagen tanto de Dios como de los ángeles “A nuestra imagen”, pero en el versículo 27 claramente se ve que fuimos creados solo a imagen y semejanza de Dios, y no de los ángeles, por lo cual, Dios no pudo haber estado hablando con los ángeles ya que habría una seria contradicción bíblica y pues clara una nueva doctrina en la que somos creados a imagen y semejanza de Dios y sus ángeles y no solamente de Dios.
El otro punto es que posiblemente hablaba consigo mismo, sin embargo, esto no tendría mucha lógica si lo analizamos, es decir, si Dios quería hablar consigo mismo diría “Haré al hombre a mi imagen y semejanza”, ahí quedaría claro que Dios habla en singular y se está claro que está solo y con nadie más. Sin embargo, Dios no dijo eso, sino que dijo “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, eso deja de fuera a ese punto, pero entonces. ¿Con quién estaba Dios en el momento de la creación para que diga “hagamos a nuestra”?
Bueno este punto se aclara de una vez por todas con la siguiente cita bíblica Juan 1,1-2 y posteriormente Juan 1,14.

Juan 1,1

1 En el principio el Verbo era, y el Verbo era junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Este texto nos saca de dudas de una forma instantánea, empieza diciendo “En el principio”, es decir, en el momento de la creación del todo, el espacio, el tiempo, la materia, el Universo en sí, “El Verbo era, y el Verbo era junto a Dios”, aquí se ve de nuevo claramente que El verbo (Jesús) estaba con Dios desde un principio, en la creación, ahora ya podemos caer a la razón que Dios Padre estaba hablando tanto con el Verbo (El Hijo) y el Espíritu Santo.
¿Cómo es posible?
Sabemos por la cita anterior de Génesis 1,26-27 que todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, así que es necesario que, si Jesús estaba en el principio con el Padre en la creación, Jesús sea Dios también y así no haya contradicción bíblica, y es por eso que el Evangelista Juan concluye el versículo diciendo “Y el Verbo era Dios”.
De esta manera concluimos que Jesús estaba desde el inicio de la creación con Dios, y que al mismo tiempo era Dios, ya que de esa forma todos fuimos creados a su imagen y Semejanza.
Por supuesto el Espíritu Santo estaba con Dios, ya que no es posible imaginar a Dios sin la presencia de la tercera persona de la Santísima Trinidad.

Juan 1,14

14 Y el Verbo se hizo carne, y puso su morada entre nosotros –y nosotros vimos su gloria, gloria como del Unigénito del Padre– lleno de gracia y de verdad.
Hasta el momento se ha comprobado que Jesús es Dios, que Jesús (el hijo) es una persona diferente al Padre, y que está sentado a su derecha dando testimonio con el Espíritu Santo desde el inicio de los tiempos.
Sin embargo, hay personas que mencionan que “El verbo” no era Jesús, sino que era la palabra, el evangelio y las enseñanzas de Dios.
Aunque es de conocimiento básico es increíble ver como algunos empiezan a crear falsas interpretaciones, totalmente anti bíblicas con el fin de contradecir a la Iglesia Católica.
En Juan 1,14 nos el Evangelista nos demuestra que El verbo era Jesús cuando dice “Y el Verbo se hizo Carne y habitó entre nosotros”, ¿Quién que estaba con Dios se hizo carne y habitó entre nosotros? Pues claro que Jesús.
Luego dice “Nosotros vimos su gloria, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”
¿Quién es Unigénito de Dios y a la vez lleno de gracia y gloria?
Pues claro que Jesús.
Así que el Verbo que estaba con Dios y era Dios en el principio de los tiempos era nada más y nada menos que el mismísimo Jesús.

Juan 10,30

30 …Yo y mi Padre somos uno”
Aunque ya se está claro que Jesús (El Hijo) y Dios Padre son ambas personas diferentes, pero ambos son Dios, aquí en este texto bíblico Jesús nos dice de la forma más clara posible, para el entendimiento humano que tanto él como el padre son de la misma Naturaleza Divina, por tanto, ambos son el mismo Dios.

Isaías 22,24

24 Así dice Yahvé, tu Redentor, el que te formó desde el seno materno: “Yo soy Yahvé, Hacedor de todas las cosas; Yo solo desplegué los cielos y afirmé la tierra sin que nadie estuviera conmigo.
Esta cita bíblica demuestra que, en el Principio Yahvé que es Dios, no estaba con nadie más en el inicio de los tiempos, esta cita la usan los protestantes para rebatir a la cita de Génesis 1,26-27, sin embargo, no hay ninguna contradicción, ya que Dios se refiere en este texto bíblico a su poder de Omnipotencia, el que lo puede todo “Hacedor de todas las cosas”.
El que diga que nadie estuvo con el implica que los Ángeles y nadie estaba con él en el momento de la creación del todo, pero claramente sabemos por el análisis anterior que la única presencia con él en el momento de la creación era él mismo (Es decir su misma Naturaleza), con el Hijo y el Espíritu Santo (Que es su misma Naturaleza y es el mismo Dios).
Esto se ve claramente en el versículo 2 de Juan 1, donde nos dice que todo lo creado se hizo por él (El Verbo) y nada se hizo sin él (Sin el Verbo), así que Dios no necesitó de nadie más, ya que en el Génesis él estaba en presencia de la Santísima Trinidad, que al final es Dios mismo en tres personas.

Hebreos 1,6

6 Y al introducir de nuevo al Primogénito en el mundo dice: “Y adórenlo todos los ángeles de Dios”
Después de demostrar de manera sencilla la presencia de la Santísima Trinidad desde el inicio de los tiempos, se pueden obtener citas bíblicas donde demuestren que las otras personas de la Santísima Trinidad son Dios, aunque ya se ha demostrado con anteriores citas, no está de más mostrar otras, como por ejemplo la que tenemos Hechos 1,6, donde lo interesante es que Dios introduce a su unigénito (Jesús) en el mundo y lo manda a Adorar. Sin embargo, la Adoración va solamente para Dios, así que este hecho demuestra que Jesús al ser adorado es Dios, ya que nadie que no sea Dios puede ser adorado, ya que sería idolatría.

Mateo 4,10

10 Entonces Jesús le dijo: “Vete, Satanás, porque está escrito:
“Adorarás al Señor tu Dios, y a Él sólo servirás”.
Este texto es a manera de complemento del anterior, donde Jesús mismo le dice a Pedro que solamente a Dios hay que adorar.
Aquí se demuestra que la adoración es exclusivamente para Dios, y al ser Jesús adorado en Hebreos 1,6 e incluso siendo mandado a adorar por el mismísimo padre, entonces Jesús es Dios.

Juan 20,28-29

28 Tomás respondió y le dijo: “¡Señor mío y Dios mío!”
29 Jesús le dijo: “Porque me has visto, has creído; dichosos los que han creído sin haber visto”
Aquí está otro texto donde demuestra que Jesús es Dios, luego de la resurrección de Jesús, Tomás le dice a modo exclamativo “¡Señor mío y Dios mío!”, Tomás llama directamente Dios a Jesús, confirmándolo nuevamente.
Es importante ver la respuesta de Jesús, que no lo reprende de ninguna forma diciéndole “Pero no soy Dios, no digas blasfemia”, más bien le da la razón y le dice que solamente se ha dado cuenta porque lo ha visto y llama dichosos a los que creen sin haber visto.
Creo que eso toca a muchos protestantes por ahí que no creen en la Santísima Trinidad hasta que les demuestres son las manchas de la imprenta de la Biblia que esa es doctrina no anti bíblica, aunque al final ya sabemos que son pocos los que buscan la verdad en realidad, aunque les demuestres y les hagas ver sus errores siempre estarán en contra de la Iglesia Católica, aunque está claro que hay otros protestantes que si están en busca de la verdad, la verdadera doctrina y verdadera iglesia y es ahí donde vemos casos actuales como el de Salvador Melara, Fernando Casanova, Eduardo Verástegui, Dave Armstrong entre muchísimos otro incluidos ya sea no cristianos, protestantes como no creyentes.

Mateo 1,23

23 Ved ahí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán el nombre de Emmanuel, que se traduce: “Dios con nosotros”.
Ya vemos que citas bíblicas que demuestran la Divinidad de Jesús abundan, aquí esta una más, desde el nacimiento de Jesús este iba a ser el “Dios con nosotros”.

Colosenses 2,9-10

9 Porque en Él habita toda la plenitud de la Deidad corporalmente.
10 Y en Él estáis llenos vosotros, y Él es la cabeza de todo principado y potestad.
Una cita más demostrando la divinidad de Cristo, aquí se ve claramente donde dice “En él (Jesús) habita toda la plenitud de la Deidad Corporalmente”, está bastante claro que nos están diciendo que en Jesús está la Deidad plena, en palabras sencillas, que Jesús es Dios.
Otra Cita bíblica que muestra que Jesús es Dios, es Juan 14,7-11.

Mateo 12,31-32

31 “Por eso, os digo, todo pecado y toda blasfemia será
perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no
será perdonada.
32 Y si alguno habla contra el Hijo del hombre, esto le será perdonado; pero al que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en este siglo ni en el venidero.
Hablando del Espíritu Santo que es Dios, se puede usar esta cita bíblica, como las muchas que hay para demostrar la plenitud de la Deidad en la tercera persona de la Santísima Trinidad.
Sabemos que solamente se puede pecar contra Dios, pero además este texto nos dice que se puede pecar contra el Hijo del hombre, que ya demostramos con anterioridad que es Dios, y al final se compara a estas dos personas con el Espíritu Santo, y se menciona que también se puede pecar contra el Espíritu Santo, por tanto, se pone al “nivel” del Padre y del Hijo, y ahí se demuestra que el Espíritu Santo es Dios.

1 Juan 5,7

7 “Porque tres son los que dan testimonio [en el cielo; el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno.
8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra]: el Espíritu, y el agua, y la sangre; y los tres concuerdan.
La cita bíblica de la Primera Carta del Apóstol San Juan Capítulo 5, versículo 7 es perfecta para terminar este conjunto de citas bíblicas que apoyan la existencia de la Santísima Trinidad, y que la validan como Doctrina Real ante las escrituras.
Aunque de alguna manera esta parte de la biblia puede ser debatida, ya que algunos para no aceptar la trinidad dicen que puede llegar a ser no inspirada porque fue de alguna forma “agregada”, se ha tenido dentro de todas las biblias como inspirada por Dios, incluso la de los protestantes, y la Vulgata Latina de San Jerónimo.
En él se presenta la sentencia que El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se encuentran dando testimonio en el cielo (Véase bien que están de forma individual, los tres en el cielo, a como fue en el principio de los tiempos, en la creación del todo, las tres Divinas Personas siempre han estado juntas), y la manera en que concluye la carta del Apóstol San Juan ese versículo es sumamente bello, “Y estos tres son uno”, habla de estos, como personas, pero son uno en la plenitud de la Deidad que poseen por Naturaleza.
De esta forma se ha podido comprobar que tanto el Padre es obviamente Dios, que el Hijo, nuestro señor Jesucristo es Dios, y que el Espíritu Santo es Dios, además de comprobar que son personas individuales que comparten la misma Naturaleza, esa que les da la plenitud de la deidad a cada una de las partes de la Sagrada Trinidad.

Conclusión

Al final, para comprender de una forma didáctica el dogma de la Trinidad se puede utilizar una analogía, de forma que sea bastante sencillo comprender.
Imaginémonos H2O, dos partículas de hidrógeno y una de oxígeno que conforman el agua.
Para ser simples, le llamaremos agua.
El agua, así como la materia en su forma general se puede ver en 3 estados (Sin incluir el Plasma ya que es formado por hidrógeno + electrones y no es parte de la analogía). Salvando todas las diferencias como por ejemplo que la unión de las naturalezas divinas y humanas es llamada Unión Hipostática.
Líquido es agua.
Sólido (Hielo) es agua.
Gaseoso (Vapor) es agua.
Pero el líquido (Agua líquida) en apariencia no es el mismo sólido (Hielo) a la vez que no es el mismo gaseoso (Vapor de Agua), sin embargo, los tres estados anteriores, aunque sean distintos en su apariencia y forma, son lo mismo en esencia, todos los estados anteriores son agua.
Lo mismo con la Santísima Trinidad (Respetando las diferencias obviamente):
El Padre es Dios.
El hijo es Dios.
El Espíritu Santo es Dios.
Pero el Padre no es el hijo, y a la vez ninguno de ellos es el Espíritu Santo, sin embargo, las tres personas son el mismo Dios.
Espero que con esa analogía se haya entendido de una forma más didáctica y fácil tal misterio, súper importante para la vida de un católico, como lo es el Misterio de la Santísima Trinidad.

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