Introducción:
Se ha mencionado mucho sobre "la misa de siempre" en los círculos católicos, sin embargo la Misa ha ido modificando ciertas cosas superficiales conforme pasa el tiempo, todo esto sin modificar aquello que es lo importante y que hace que ésta sea un sacrificio: Todo lo que nuestro Señor Jesucristo instituyó.
En este post se expondrán ciertos puntos interesantes de la liturgia de los primeros siglos que ya no son tal y como fueron, sea siempre para mayor gloria de Dios y necesidad de las almas.
¿Cómo estaban ubicados el celebrante y los fieles en la liturgia primitiva?
En principio la sagrada eucaristía simulaba también la forma en la que nuestro Señor Jesucristo la instituyó el Jueves Santo, de esta manera las personas que asistían se sentaban ante una mesa, usualmente de roca, donde podrían entrar de quince a veinte personas, de esta forma también se hacían las comidas Agape. [1]
Sin embargo cuando empezó a incrementar el número de fieles que asistían a la celebración, había más de una mesa, aquí entonces el obispo y los presbíteros se sentaban en una de esas mesas, y los fieles en los demás, separando a hombres de mujeres. De hecho en Gálatas 2:11-12 se puede observar cómo las personas estaban sentadas en distintas mesas que estaban de alguna forma categorizadas por el "tipo" de persona. Fue en el Siglo IV cuando se dejan de utilizar totalmente las mesas y los fieles empiezan a sentarse en bancas.
En la didascalia de los apóstoles del Siglo II-III aproximadamente se menciona que el altar y la celebración se debe hacer ad oriemtem de una forma poética:
«Alabad a Dios, que está sentado en los cielos, de los cielos hacia el oriente»
Hoy en día en el Novus Ordo Misae, es decir, la misa que surgió del Sacrosanto Concilio Vaticano II, se celebra versus populum (celebrante de cara al pueblo), pero en la Constitución sobre la sagrada liturgia no hay escrito que afirme que esto deba ser así, tampoco hay una condena, de hecho en los años veinte, antes del Concilio Vaticano II, el movimiento Jugendbewegung difundió la costumbre versus populum, principalmente de parte de Pius Parsch, teniendo como premisa recobrar a la costumbre de la Iglesia primitiva. [2]
El Manual de liturgia del P. Alfons Neugart (1926) menciona:
¿Habían mujeres que servían?
En la didascalia de los apóstoles se menciona a las diaconisas al igual que a los diáconos. Las diaconisas era el término usado en la iglesia primitiva para las mujeres que ejercían el rol de diaconado en la Iglesia. Dentro de estas estaban por ejemplo: Santa Apolonia de Alejandría, Santa Febes de Corinto, Santa Gorgonia de Nazianzo y Santa Irene de Constantinopla. [4]
Si observamos Romanos 16:1 en griego vemos el término diaconisa:
[16] Συνίστημι δὲ ὑμῖν Φοίβην τὴν ἀδελφὴν ἡμῶν, οὖσαν διάκονον (diaconon) τῆς ἐκκλησίας τῆς ἐν Κεγχρεαῖς·
[16] Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, que es diaconisa de la Iglesia de Céncreas.
Sin embargo no hay que confundirse, no tenían labores como el sacerdote o el diácono, eran servidoras, más no celebraban, ellas ayudaban, cuidando enfermos, recibían a los fieles al llegar, preparaban el pan y los vasos para la Eucaristía aveces y otras cosas. Su desaparición no está muy clara, pero seguramente dejaron de ser comunes cuando muchas de sus labores en la Iglesia como desvestir a las mujeres que iban a ser bautizadas por inmersión dejó de ser tan común por el bautismo por aspersión y porque ahora la mayoría de bautismos podían estar siendo en niños. [5]
Hoy en día las mujeres pueden servir como monaguillas en el altar, pero no como acólitos. [6]
¿Qué hay sobre el idioma de la misa?
Es evidente que las primeras misas se hacían en griego, pues era el idioma vigente y era en el idioma que estaba escrito el Nuevo Testamento, no por eso podía caber la imposibilidad que se hiciera en otros idiomas.
Algunos cantos antiguos de hecho vienen del griego, antes que del latín se adoptara, como el Kyrie Eleison, aunque sobre este canto en particular se tiene dudas sobre la fecha de adición. Aparentemente la celebración litúrgica fue en griego hasta finales del siglo II, cuando se tiene el latín como el idioma oficial de la Iglesia y San Jerónimo en el siglo III traduciendo la biblia al latín en su Vulgata.
Luego del Concilio Vaticano II se concede el permiso para realizar la Eucaristía en lengua vernácula, esto es, el idioma específico del lugar dónde se celebra el sacrificio de la misa, sin embargo se deja en claro que el latín es el idioma oficial de la Santa Eucaristía y todos los fieles deberían tener conocimiento del mismo. Lo óptimo, al menos para el Concilio Vaticano II es que las personas pudieran asistir a misas tanto en su lengua natal como en latín, así no tendrían problema en participar activamente a cualquier lado del mundo que vayan.
¿Todos permanecían durante toda la celebración?
La respuesta a la pregunta es no. La división de liturgia de la palabra y liturgia eucarística es antigua, tanto así que se puede ver en testimonios como los de San Justino Mártir que hace una descripción fiel de la liturgia cristiana primitiva, donde se delimitan claramente las dos partes. [7]
De hecho no todas las personas podían estar presentes durante la liturgia eucarística, estos debían retirarse después de la homilía (que podía tardar mucho tiempo como atestiguan las prédicas de San Pablo). Solo aquellos que habían recibido la catequesis sobre los misterios de la gracia de Cristo, es decir, acerca de los sacramentos en la llamada Catequesis mistagógica eran los que podían estar participando de la liturgia eucarística. [8]
Vale mencionar que debían estar bautizados, que es el primer paso luego de la catequesis o Kerigma, y luego de esto, adentrarlos en la mistagogía. Hoy en día todos pueden estar en la Eucaristía completa, incluso las personas que no creen en lo que ahí sucede de forma preciosa y real. Ejemplo sobre catequesis mistagógica se encuentran en los escritos de San Cirilo de Jerusalén.
¿Tiene la Eucaristía alguna influencia judía?
¡Por supuesto! Si el catolicismo es el cumplimiento del judaísmo en la persona de Jesús, y la Eucaristía es la nueva pascua donde tenemos un nuevo cordero que quita el pecado del mundo en una nueva alianza, no podríamos decir que el catolicismo no tiene nada que ver con el judaísmo y mucho menos la Eucaristía.
En la Iglesia primitiva claramente se veía con ojos hebreos la celebración que Jesús instituyó como el memorial de su pasión, muerte y resurrección, ellos ven la eucaristía como esa celebración del Seder de Pesaj judío. Así como los judíos al celebrar la pascua se adentraban en la historia de Israel siendo ellos partícipes de aquel pueblo en su éxodo a la tierra prometida y que sacrificaban un cordero en memorial de tal gozo, la Iglesia primitiva observaba en la Eucaristía esa nueva pascua donde a través de un nuevo Moisés se participaba en un nuevo Sacrificio que les hizo lograr el éxodo a la tierra prometida, la nueva Jerusalén celeste, haciéndose partícipes de la mismísima liturgia celestial con un cordero de Dios perfectísimo y agradable a Dios.
Los abusos litúrgicos que se hayan dado a lo largo del tiempo son culpa de las personas, de sus malas interpretaciones, del maligno. Hoy en día muchos atacan al Concilio Virtual del Vaticano II (como denominaba Benedicto XVI a las malas interpretaciones del concilio), como que fuera la verdadera intención del Concilio Vaticano II.
Las modificaciones que en el tiempo ha tenido la Eucaristía ha sido por necesidades de los tiempos y de las almas como mencionó el Papa Pío XII [9], y no por esas modificaciones vamos a denigrar a una u a otra, la misa de siempre es la celebración donde se hace presente el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, los abusos litúrgicos que desvíen tal grandioso misterio son indeseables, pero no por ello se debe denigrar a un Ordo [Vetus o Novus], las palabras del Papa Pío XII son:
[1] Migne, Patrología Griega, 63, 111.
[2] Mons. Klaus Gamber, El altar Católico ¡Vueltos hacia el Señor!
[3] P. Alfons Neugart, Handbuch der Liturgie fur Kanzel, Schule und Haus, 1926
[4] https://nuestra-voz.org/diaconisas-en-la-historia/
[5] Diccionario general de teología, 1846, Abate Bergier.
[6] Papa Pablo VI, carta apostólica en forma de motu proprio "Ministeria Quaedam", 15 de agosto de 1972.
[7] San Justino Martir, Apologia 1.
[8] https://es.aleteia.org/2017/05/02/evalua-tu-vocabulario-catolico-que-es-mistagogia/
[9] Pío XII, Mediator Dei, 66-67, 20 de noviembre de 1947.
Por. Cairo José Sánchez Sáenz
En este post se expondrán ciertos puntos interesantes de la liturgia de los primeros siglos que ya no son tal y como fueron, sea siempre para mayor gloria de Dios y necesidad de las almas.
Desarrollo:
El post se desarrollará por medio de preguntas y respuestas para que sea más fácil de leer.¿Cómo estaban ubicados el celebrante y los fieles en la liturgia primitiva?
En principio la sagrada eucaristía simulaba también la forma en la que nuestro Señor Jesucristo la instituyó el Jueves Santo, de esta manera las personas que asistían se sentaban ante una mesa, usualmente de roca, donde podrían entrar de quince a veinte personas, de esta forma también se hacían las comidas Agape. [1]
Sin embargo cuando empezó a incrementar el número de fieles que asistían a la celebración, había más de una mesa, aquí entonces el obispo y los presbíteros se sentaban en una de esas mesas, y los fieles en los demás, separando a hombres de mujeres. De hecho en Gálatas 2:11-12 se puede observar cómo las personas estaban sentadas en distintas mesas que estaban de alguna forma categorizadas por el "tipo" de persona. Fue en el Siglo IV cuando se dejan de utilizar totalmente las mesas y los fieles empiezan a sentarse en bancas.
En la didascalia de los apóstoles del Siglo II-III aproximadamente se menciona que el altar y la celebración se debe hacer ad oriemtem de una forma poética:
«Alabad a Dios, que está sentado en los cielos, de los cielos hacia el oriente»
Hoy en día en el Novus Ordo Misae, es decir, la misa que surgió del Sacrosanto Concilio Vaticano II, se celebra versus populum (celebrante de cara al pueblo), pero en la Constitución sobre la sagrada liturgia no hay escrito que afirme que esto deba ser así, tampoco hay una condena, de hecho en los años veinte, antes del Concilio Vaticano II, el movimiento Jugendbewegung difundió la costumbre versus populum, principalmente de parte de Pius Parsch, teniendo como premisa recobrar a la costumbre de la Iglesia primitiva. [2]
Del alemán: El concilio se convirtió en una puerta de apertura para la vanguardia litúrgica: Peter Schinkel, el sucesor de Pius Parsch, celebra una misa de Betsingmesse en St. Gertrud en 1962 |
El Manual de liturgia del P. Alfons Neugart (1926) menciona:
En las basílicas de la iglesia primitiva, el altar estaba ubicado en medio del ábside del coro y el sacerdote celebrante se colocaba detrás de este, con la cara vuelta hacia el pueblo. No había sobre el altar ni cruz, ni velas. Los sitiales para el obispo y eclesiásticos estaban colocados rodeándolo a lo largo del muro. Posteriormente el altar se adosó al muro, tal y como lo encontramos en nuestros días. [3]
¿Habían mujeres que servían?
En la didascalia de los apóstoles se menciona a las diaconisas al igual que a los diáconos. Las diaconisas era el término usado en la iglesia primitiva para las mujeres que ejercían el rol de diaconado en la Iglesia. Dentro de estas estaban por ejemplo: Santa Apolonia de Alejandría, Santa Febes de Corinto, Santa Gorgonia de Nazianzo y Santa Irene de Constantinopla. [4]
Si observamos Romanos 16:1 en griego vemos el término diaconisa:
[16] Συνίστημι δὲ ὑμῖν Φοίβην τὴν ἀδελφὴν ἡμῶν, οὖσαν διάκονον (diaconon) τῆς ἐκκλησίας τῆς ἐν Κεγχρεαῖς·
[16] Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, que es diaconisa de la Iglesia de Céncreas.
Sin embargo no hay que confundirse, no tenían labores como el sacerdote o el diácono, eran servidoras, más no celebraban, ellas ayudaban, cuidando enfermos, recibían a los fieles al llegar, preparaban el pan y los vasos para la Eucaristía aveces y otras cosas. Su desaparición no está muy clara, pero seguramente dejaron de ser comunes cuando muchas de sus labores en la Iglesia como desvestir a las mujeres que iban a ser bautizadas por inmersión dejó de ser tan común por el bautismo por aspersión y porque ahora la mayoría de bautismos podían estar siendo en niños. [5]
Hoy en día las mujeres pueden servir como monaguillas en el altar, pero no como acólitos. [6]
¿Qué hay sobre el idioma de la misa?
Es evidente que las primeras misas se hacían en griego, pues era el idioma vigente y era en el idioma que estaba escrito el Nuevo Testamento, no por eso podía caber la imposibilidad que se hiciera en otros idiomas.
Algunos cantos antiguos de hecho vienen del griego, antes que del latín se adoptara, como el Kyrie Eleison, aunque sobre este canto en particular se tiene dudas sobre la fecha de adición. Aparentemente la celebración litúrgica fue en griego hasta finales del siglo II, cuando se tiene el latín como el idioma oficial de la Iglesia y San Jerónimo en el siglo III traduciendo la biblia al latín en su Vulgata.
Luego del Concilio Vaticano II se concede el permiso para realizar la Eucaristía en lengua vernácula, esto es, el idioma específico del lugar dónde se celebra el sacrificio de la misa, sin embargo se deja en claro que el latín es el idioma oficial de la Santa Eucaristía y todos los fieles deberían tener conocimiento del mismo. Lo óptimo, al menos para el Concilio Vaticano II es que las personas pudieran asistir a misas tanto en su lengua natal como en latín, así no tendrían problema en participar activamente a cualquier lado del mundo que vayan.
¿Todos permanecían durante toda la celebración?
La respuesta a la pregunta es no. La división de liturgia de la palabra y liturgia eucarística es antigua, tanto así que se puede ver en testimonios como los de San Justino Mártir que hace una descripción fiel de la liturgia cristiana primitiva, donde se delimitan claramente las dos partes. [7]
De hecho no todas las personas podían estar presentes durante la liturgia eucarística, estos debían retirarse después de la homilía (que podía tardar mucho tiempo como atestiguan las prédicas de San Pablo). Solo aquellos que habían recibido la catequesis sobre los misterios de la gracia de Cristo, es decir, acerca de los sacramentos en la llamada Catequesis mistagógica eran los que podían estar participando de la liturgia eucarística. [8]
Vale mencionar que debían estar bautizados, que es el primer paso luego de la catequesis o Kerigma, y luego de esto, adentrarlos en la mistagogía. Hoy en día todos pueden estar en la Eucaristía completa, incluso las personas que no creen en lo que ahí sucede de forma preciosa y real. Ejemplo sobre catequesis mistagógica se encuentran en los escritos de San Cirilo de Jerusalén.
¿Tiene la Eucaristía alguna influencia judía?
¡Por supuesto! Si el catolicismo es el cumplimiento del judaísmo en la persona de Jesús, y la Eucaristía es la nueva pascua donde tenemos un nuevo cordero que quita el pecado del mundo en una nueva alianza, no podríamos decir que el catolicismo no tiene nada que ver con el judaísmo y mucho menos la Eucaristía.
En la Iglesia primitiva claramente se veía con ojos hebreos la celebración que Jesús instituyó como el memorial de su pasión, muerte y resurrección, ellos ven la eucaristía como esa celebración del Seder de Pesaj judío. Así como los judíos al celebrar la pascua se adentraban en la historia de Israel siendo ellos partícipes de aquel pueblo en su éxodo a la tierra prometida y que sacrificaban un cordero en memorial de tal gozo, la Iglesia primitiva observaba en la Eucaristía esa nueva pascua donde a través de un nuevo Moisés se participaba en un nuevo Sacrificio que les hizo lograr el éxodo a la tierra prometida, la nueva Jerusalén celeste, haciéndose partícipes de la mismísima liturgia celestial con un cordero de Dios perfectísimo y agradable a Dios.
Conclusión:
Es incorrecta la conclusión de decir que solamente un modo de la celebración de la Eucaristía es la misa de siempre. La misa ha sido la misma siempre, la actualización del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo es el mismo siempre, no ha cambiado, las palabras de nuestro Señor Jesucristo que hacen que la sustancia de las especies se conviertan en cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo no han cambiado, es la misma de siempreLos abusos litúrgicos que se hayan dado a lo largo del tiempo son culpa de las personas, de sus malas interpretaciones, del maligno. Hoy en día muchos atacan al Concilio Virtual del Vaticano II (como denominaba Benedicto XVI a las malas interpretaciones del concilio), como que fuera la verdadera intención del Concilio Vaticano II.
Las modificaciones que en el tiempo ha tenido la Eucaristía ha sido por necesidades de los tiempos y de las almas como mencionó el Papa Pío XII [9], y no por esas modificaciones vamos a denigrar a una u a otra, la misa de siempre es la celebración donde se hace presente el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, los abusos litúrgicos que desvíen tal grandioso misterio son indeseables, pero no por ello se debe denigrar a un Ordo [Vetus o Novus], las palabras del Papa Pío XII son:
La Jerarquía eclesiástica ha ejercitado siempre este su derecho en materia litúrgica instruyendo y ordenando el culto divino y enriqueciéndolo con esplendor y decoro cada vez mayor para la gloria de Dios y bien de los hombres. Tampoco ha vacilado, por otra parte (dejando a salvo la sustancia del sacrificio eucarístico y de los sacramentos), en cambiar lo que no estaba en consonancia y añadir lo que parecía contribuir más al honor de Jesucristo y de la augusta Trinidad y a la instrucción y saludable estímulo del pueblo cristiano.Además añade:
Efectivamente, la sagrada liturgia consta de elementos humanos y divinos: estos, evidentemente, no pueden ser alterados por los hombres, ya que han sido instituidos por el divino Redentor; aquellos, en cambio, con aprobación de la jerarquía eclesiástica, asistida por el Espíritu Santo, pueden experimentar modificaciones diversas, según lo exijan los tiempos, las cosas y las almas. De aquí la magnífica diversidad de los ritos orientales y occidentales.
[1] Migne, Patrología Griega, 63, 111.
[2] Mons. Klaus Gamber, El altar Católico ¡Vueltos hacia el Señor!
[3] P. Alfons Neugart, Handbuch der Liturgie fur Kanzel, Schule und Haus, 1926
[4] https://nuestra-voz.org/diaconisas-en-la-historia/
[5] Diccionario general de teología, 1846, Abate Bergier.
[6] Papa Pablo VI, carta apostólica en forma de motu proprio "Ministeria Quaedam", 15 de agosto de 1972.
[7] San Justino Martir, Apologia 1.
[8] https://es.aleteia.org/2017/05/02/evalua-tu-vocabulario-catolico-que-es-mistagogia/
[9] Pío XII, Mediator Dei, 66-67, 20 de noviembre de 1947.
Por. Cairo José Sánchez Sáenz
No hay comentarios:
Publicar un comentario